29 oct 2022

La Guerra de Ucrania y del Peloponeso

Los ricos hacen las guerras y los pobres, los pringados, mueren en ellas. Me imagino la escena, ingleses y franceses en un campo de batalla sin nadie que les ordene o mande. Lo más probable es que la batalla acabara en partido de fútbol, grupos de yoga y cervezas. La horrible Guerra de Ucrania es otra cosa. Las élites norteamericanas quieren coger un trozo de pastel a las élites rusas. La tarta es Ucrania. Este conflicto no es más que eso. Y mueren civiles, pero sobre todo mueren hombres, miles de hombres, en los helados trigales ucranianos. Hay que irse muy atrás en el tiempo para encontrar un conflicto con tanta intensidad y tantísimas bajas. Lo malo de las guerras de las élites (siempre son ellas) es que si duran mucho los pringados se cansan. Y en la mayoría de pseudo democracias en Europa los mandados, los don nadie, tiene aún derecho a voto. Como diría aquel hombre que no acaba sus sagas, el invierno se acerca. El frío invita a leer en la cama. A salvo del mundo. 
Leo con angustia Historia de las Guerras del Peloponeso, de ese gran historiador, miembro de la clase alta ateniense y comandante militar llamado Tucídides. Veo con angustia como, quizá la mejor civilización que ha dado la especie humana, o al menos la más interesante, va derecha a la aniquilación. Con paso firme hacia la destrucción. No hay vuelta atrás. Los griegos han decidido desparecer y para ello se hacen la guerra los unos a los otros. ¿Conocéis lo que es llamado como la Trampa de Tucídides? Da igual el calentamiento global, las hambrunas, la destrucción sistemática de las especies animales, la injusticia. Da igual. Cuando una potencia emergente reta a la potencia dominante, ambas se encaminan por la vía directa hacia la destrucción. Para lo que vendrá, el epicentro tiene un nombre. Taiwán. 
Qué bien vivir frente al Mediterráneo, en el sur de Europa. Lejos. Construcción y destrucción. ¿Es este nuestro ciclo natural?



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