Cine épico clásico
El otro día estaba en mi club de judo con los pies helados. Luchaba en el suelo con un chico de 19 años, un tipo muy rápido y listo. Mientras yo traba de inmovilizarlo y él trataba de estrangularme amablemente, me soltó: “¿cuál es tu peli preferida?”. Ante la falta de aire, no puede dar una respuesta razonada, intelectual. Apenas puede mascullar: “Doctor Zhivago”. Fui sincero, pero, ¿por qué dije eso? ¿Acaso no era “Blade Runner” mi film predilecto?
“Eso es de viejos”, contestó.
No. El Universo de Sir David Lean (1908-1991), no es cosa de viejos, es que no tiene edad ni tiempo.
Él fue el responsable de numerosos títulos de éxito (Oliver Twist, Puente sobre el río Kwai, La Hija de Ryan, Pasaje a la India), pero aquí mencionaré tres de sus obras, que se encuentra entre las mejores de todos los tiempos. Como elemento biográfico, tan sólo apuntar que el hombre que un día sería Sir, comenzó su carrera desde la más absoluta humildad.
Lean, en 1945, rodó “Breve Encuentro”, una narración intimista sobre la elección y en la que me interrogé si en la vida debemos coger o no el tren que pasa por nuestro andén, ya que puede ser el único. “Breve Encuentro”, para muchos, es la más bella historia de amor contada y que, en parte, sus protagonistas me recuerdan a la gente corriente, cercana, de “Los Puentes de Madison”, de Clint Eastwood.
Lean, épico, en blanco y negro. |
Hay en ella la Gran Historia, la Primera Guerra Mundial en Oriente Próximo, la rebelión de las tribus nómadas, pero debajo de esta epidermis de fuego, muerte y aventuras, transcurren otras muchas cosas, como la tragedia de un hombre que se pregunta, angustiado, quién es y de qué es capaz de hacer. Una película que te enfrenta, también, a la oscuridad, como cuando Peter O’Toole grita, ante la visión del enemigo, “¡sin prisioneros!”.
La soledad del héroe se contrapone al juego de ajedrez de los poderosos, a la frialdad del mundo. Aunque Lawrence descubrirá un espacio donde todo es posible, el desierto. Y será en el desierto donde se econtrará con su otro yo, acaso el verdadero.
A esa edad en la que uno es un niño y cree ser hombre, vi, por primera vez, “Doctor Zhivago” (1965). Bien recuerdo esa luz clara, cargada de esperanza, de muchas escenas. Los ojos asustados de Lara, la dicha de Zhivago en su palacio de hielo o la muerte absurda de los muy jóvenes entre las espigas del trigo que aún no ha acabado de crecer.
La película me causó tal conmoción, tal mezcla de sentimientos que no supe encauzar, que llegué a insultar a Lara, allí, de pie frente al televisor, como un espectador en un campo de fútbol.
Lean, como Kurosawa, sabía bien lo que hacía cuando trataba la épica, la poesía. Zhivago es un héroe moderno, un nuevo Ulises, el hombre del siglo XX que lucha contra un destino que lo sobrepasa. ¿El de los grandes sistemas?
Lean, como Kurosawa, sabía bien lo que hacía cuando trataba la épica, la poesía. Zhivago es un héroe moderno, un nuevo Ulises, el hombre del siglo XX que lucha contra un destino que lo sobrepasa. ¿El de los grandes sistemas?
En esa época, finales de los ochenta, también vi la saga de “La Guerra de las Galaxias”, algo formidable, pero hoy, recuerdo con mayor intensidad la balalaika. Esa es la grandeza de Lean, saber conjugar como nadie las pequeñas y las grandes historias, que se enlazan para dejar su rastro en el pasado. Épica y lírica, la historia coral y la intimista. El palpitar de una épica moderna, la razón del ser humano y la belleza de la poesía.
Dicho esto, sólo me queda pedir un espacio, una oportunidad para volver a este paralelo, el de Lean, donde el tiempo no importa.
Qué interesante. Efectivamente y, como dices al principio, La hija de R'yan es otra hermosa película. La vi, ya mayor, y me causó honda impresión. Curiosamente no se cuenta algo tan heroico como en las que comentas ni se centra en una ubicación tan exótica. Pero no pierde esa grandeza. Recuerdo ese ambiente cerrado, ese cura inolvidable, verdadera conciencia del pueblo.. Por cierto a Lean le debía de gustar este actor, Trevo Howard, creo. Y no me extraña.
ResponderEliminarLa inserción de ese militar atormentado hace explotar todo el equilibrio que cabría conjeturar para todos los personajes. Pero no es así. Ese equilibrio no era verdadero. Tenía bases falsas. De modo que cabe pensar que habría explotado por otro lado.
Me recuerda un poco a la de Breve encuentro. Me refiero a que qué habría pasado de coger aquel tren.
Howard, que magnífico actor. Siempre me acuerdo de él por el Tercer Hombre, una de mis películas favoritas. Y sí, en la hija de Ryan la épica es más en minúscula, pero creo ver algunos elementos comunes con otras obras suyas: la fotografía de la naturaleza como uno de los protagonistas, los carácteres fuertes, la interrogación sobre el ser humano, etc.
ResponderEliminarY es que Lean, además de épico, poseía la suficiente sensibilidad para explicar grandes historias de sentimientos, también de amor: Breve Encuentro, Lara, e incluso en Lawrence hay algo más de lo que parece, aunque la censura recortó en su día.
Y a Lean también le gustaba mucho Omar Sharif. Creó que lo descubrió él para el cine occidental, aunque no estoy seguro.
Un abrazo, y gracias por pasarte y por comentar.
Saludos.
muy buen post
ResponderEliminarme gusta el cine, asi que seguire pasando por aqui
Hola Ana,
ResponderEliminarGracias por pasarte. Sí, se habla de cine aquí, también. Muchos de los autores contemporáneos tienen, como referencia de sus obras, el cine. No sólo otros artefactos literarios. También deberé hablar de cómics. Y otras cosas.
Gracias por comentar, Igor.
Je, je... Yo hubiera respondido Old Boy sin dudar. Aunque las tres obras cinematográficas que más me marcaron de pequeño fueron King Kong ( la del 33 de Cooper)que vi en la tele con 6 o 7 años, la adaptación al animé de Akira que la vi con 11 o 12 y Blade Runner, un poquito mayor. ¡Un abrazo!I records a la família!
ResponderEliminarHola Ferran,
ResponderEliminar¡Cómo olvidar Old Boy! A su manera, otro héroe moderno, solitario y enloquecido entre diversos niveles de realidad. La vi gracias a ti. Old Boy me visita algunas veces, señal inequívoca de gran cine. Y Akira también me impresionó, esa furia.
Aunque antes me zambullí en el Universo Lean, en la adolescencia, un tiempo donde el cine te golpea dos veces.
Un abrazo i Bones Festes.
Hola,
ResponderEliminarSoy Cristina de Soria. Zhivago se rodó en Soria, las nevadas son de allí.
Me gusta mucho el blog, un saludo.
Hola Cristina de Soria,
ResponderEliminarPues no sabía nada. Ante la sorpresa por tu comentario he ido corriendo a consultar el "Gran Oráculo" Google y, vaya, casi me caigo de la silla.
No sólo en Soria, también en Madrid,Aldeadávila de la Ribera (Salamanca) y en Granada.
El oráculo dice que muchas escenas de invierno se rodaron en Finlandia.
Gracias por el comentario, que ha aportado sorpresa e información.
Un saludo.
Jo, pues la mía que es con faldas y a lo loco es ya el colmo, no?
ResponderEliminarBesicos
Hola Belén,
ResponderEliminarPues la verdad, con faldas y a lo loco, es de las mejores comedias de la historia, aunque me reí más con To Be or not to be, de Lubitsch, aunque ya empieza a ser un poco vieja.
Gracias por pasarte y comentar.
Saludos.
A mi hay tantas películas que me han marcado... Código 46, Old Boy, Doctor Zhivago, casi cualquiera donde salga Michael Caine (un actorazo que es capaz de salvar un film él solito con su presencia, carisma, talento y elocución), Garden State, The Myth of Fingerprints (lo siento, regresé no hace tanto a España y no sé si aquí se estrenaría y con qué título), la increíble Ice Storm de Ang Lee, el papelón que se marca Ryan Gosling en Half Nelson, la australiana Rabbit-Proof Fence y ... la lista es infinita.
ResponderEliminarNo comprendo a la gente que puede vivir sin cine lo mismo que los que no aprecian la música o los libros.
Hola Saray,
ResponderEliminarGracias por la visita. ¿Sabes que muchas de las películas que citas no las conozco? Caramba, es una buena lista.
Sobre las películas que te marcan. No sé si te pasará lo mismo, pero cada vez es más difícil que me impresionen como antes. Será que ya llevo muchas, y que quedan menos buenos por ver, será que pierdo esa capacidad de "esponja", que poseía antes.
Un saludo,
Igor.
Hola,
ResponderEliminarBreve encuentro es una bellísima película. Si ves la reciente The History boys (Los chicos de Historia) en una de las improvisaciones los chicos hacen el diálogo final de la película, una pequeña maravilla.
Doctor Zhivago la crónica del desmembramiento de un país para convertirse en otro, de Lawrence de Arabia siempre recuerdo las escenas del desierto, cuando Lawrence mira con ojos perdidos las sombras en la arena y el árabe le advierte que su mente "va a la deriva". La hija de Ryan conmovedor retrato de una pequeña población con sus deseos y aflicciones...
Ah, y a mi también me sigue fascinando Blade Runner, pero la versión con la voz en off, como las antiguas películas policíacas en blanco y negro.
Un saludo!
¡Sí! Yo recuerdo lo mismo. "Vas a la deriva". No te puedes ni imaginar las veces que me lo he dicho a mí mismo. "Vas a la deriva". Cuando empiezas a fallar, a avanzar en desorden, cuando crees que las fuerzas te abandonan.
ResponderEliminar"Vas a la deriva" es un recapitular. Me sirve para poner freno de mano y volver a empezar.
"Blade Runner". Es increíble, pero hay gente que no la conoce, por fortuna suya, porque así la podrán ver por vez primera.
Con las versiones me pierdo. La he visto tantas veces en años distintos que queda un amasijo de imágenes.
Miraré el History Boys, y gracias por las sugerencias-
Un abrazo, Igor.