Rilke, el maestro |
Primero de todo, pongo en la mesa La Pantera y luego, como mi amigo Jack, lo sirvo por partes. La he traducido directamente de una versión del gran poeta Joan Vinyoli, porque las que he encontrado en Internet no me acababan de gustar, ña, ña, ña. El vídeo que he encontrado en Internete sí me gusta, y mucho.
Bajo el título, lleva la siguiente aclaración: «Jardín des Plaintes. Paris».
La Pantera.
Su mirada, cansada de ver pasar
las rejas, ya no retiene nada más.
Cree que el mundo está hecho
de miles de rejas y, más allá, la nada.
Con su caminar blando, pasos flexibles y fuertes,
gira en redondo en un círculo estrecho;
al igual que una danza de fuerzas en torno a un centro
en el que, alerta, reside una voluntad imponente.
Algunas veces, se alza el telón de sus párpados,
mudo. Una imagen viaja hacia dentro,
recorre la calma en tensión de sus miembros
y, cuando cae en su corazón, se funde y desvanece.
El crítico Lluís Calderer decía que, ante todo, hay una «absoluta nitidez de las imágenes visuales. Una capacidad de observación atenta del objeto y una plasmación eminentemente poética de este objeto».
El poema está construido como formando dos círculos concéntricos. El círculo exterior se perfila, según Calderer, a partir del primer verso: “Su mirada, cansada de ver pasar las rejas”, y el poema se orienta en hacernos ver qué es el mundo exterior para esta bestia, una pantera repetida en todos los zoológicos del mundo a lo largo del tiempo. De ahí su impasibilidad ante todo lo que no sean barrotes. Este círculo que se cierra en la tercera estrofa con esta imagen que entra pero ya no encuentra recepción y que al llegar al corazón (que no late) se pierde. Es un círculo mental o del alma, como se prefiera.
El círculo interior es un pequeño círculo visual, físico: los giros sobre sí mismo que cualquiera habrá observado en la pantera de los zoos de México, la India, Suiza, Rusia o el Kiriguistán. Der Pahanter es un poema universal. Hay un paralelismo entre la acción física del animal y su espíritu esclavizado, vencido, machacado por la mano del hombre.
La pantera, sometida, es una alegoría de muchas otras cosas. Uno se puede sentir así en su oficina o en una fábrica, uno se siente así en un centro comercial (ese No Sitio), en la familia, a veces, desgraciadamente, o más claramente en un sistema que a los ciudadanos nos ha convertido en bites, en voces pisadas. Incluso se podría aplicar al arte y al artista.
Calderer publicó su análisis en Edicions el Mall. Ojo a esa editorial desaparecida de la que tengo varios ejemplares rescatados de las ferias de libreros polvorientos a dos pesetas el kilo. Edición de 1984 (¿fueron los ochenta tan malos? ¡Pero si sonaban los Joy Division!).
Por último decir que Rainer Maria Rilke, nació en Praga el año 1875 y murió en Suiza en 1926. Muy pronto empezó a escribir versos y, tras las vacilaciones propias de un joven poeta, hacia 1908 conseguía fraguar su propia voz, en la pone una distancia entre el poeta y el objeto que fabrica, buscando una nueva objetividad, creando un mundo, explicando el mundo, hecho con la realidad de la vida. Esto se consigue ya en “Nuevos Poemas”, en que trata que sus piezas tenga la misma consistencia, la materialidad de una escultura o una pintura.
En fin, La Pantera es un poema perfecto: música, forma y contenido, pero no el único perfecto de este escritor visionario, irrepetible, que fue Rilke. Y si así he conseguido servir en algo a su memoria...
Esperando la libertad... Siempre esperando... "¿¿¿y más allà, la nada???" Yo quiero ver la nada.
ResponderEliminarperfecta y preciosa la pantera empezando por los ojos...feliz fin de semana
ResponderEliminarun beso
Marina
Una imagen viaja hacia dentro,
ResponderEliminarrecorre la calma en tensión de sus miembros
y, cuando cae en su corazón, se funde y desvanece.
Magistral...
Besos!
Bello poema que plasma una triste realidad: los hombres, en nuestra arrogancia y falta de empatía hacia las otras criaturas de la tierra, las encerramos a la fuerza para deleitarnos ante su enclaustrada belleza.
ResponderEliminarSaludos!
Muy bueno, una de esas cosas para recitar mientras se espera algo, como si jugaramos a estar enjaulados por un lapso de tiempo
ResponderEliminarLa verdad, parecemos disfrutar, enfermizos, de nuestra supremacía sobre la fauna, Kensan. Y mira que hace años que se escribió este poema y poco ha cambiado esto, sigue vigente.
ResponderEliminarEnjaulados en el tiempo ¿será eso la vida Gin? Mientras se espera algo.
Este es un poema que provoca otros poemas.
Saludos.
Decía Rilke que el hombre se coloca "ante" el mundo y no "en" él y evidentemente esa capacidad de convertir a la Naturaleza en un objeto es lo que da esa falsa sensación de supremacía.
ResponderEliminarSaludos :)
Tremendo el video, impactante por su tristeza y belleza.
ResponderEliminarGracias por la explicación del poema.
Bueno, es que Rilke es una de mis debilidades. Leerle me ayuda a comprender el mundo, y la vida también.
ResponderEliminarYo creo que la llave que abre las rejas está en nuestra mente. Dicho ésto, gracias por el vídeo y por el homenaje a un poeta que siempre clamó por el poder de la paciencia y del amor absoluto hacia el acto creativo. ¡Ah! Y que estaba loco de amor por Lou Andreas Salomé. La correspondencia que mantuvieron, un tesoro!!
Saludos!
Buen vídeo y mejor poema.
ResponderEliminarSi bien es posible que todos seamos panteras.
Hola Patrícia,
ResponderEliminar¡Debo estudiar! No sé quién es Lou Andreas Salomé, que por lo que dices merece un googlevisionado. A mí me pasa lo mismo, leer Rilke es entender mejor el mundo y sus misterios, y hasta uno mismo, ese ser tan remoto. El vídeo es una pasada, es tristón, pero lo disfruto.
Las rejas mentales. Hay decenas de barreras pues.
Un saludo.
Hola Agustín,
ResponderEliminarTodos somos panteras, así también lo he entendido yo, como nuestra relación con la naturaleza, funcional, prepotente. Cuando te encaramas a un pantano tienes una sensación parecida a la contemplación del felino encerrado. Algo se ha roto.
Saludos.
impactante poema.
ResponderEliminarHola Jordi,
ResponderEliminarMi circuito neuronal de lavadora no da para más. Hace tiempo que quería enlazarte y lo voy a hacer ahora, que la neurona está encendida.
El poema, multi-resonante.
Saludos.
Igor,
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog, me alegra que te gustara el diseño, llevo varias horas entretenida con el tuyo. Nos estamos leyendo.
Hasta luego.
Frustra un poco haber escrito tanto para acabar dándote cuenta de que doce versos bastan y sobran para decir todo lo que hay que decir.
ResponderEliminarGran poema, a mí por encima de todo me llama el color de la pantera, que se me antoja gris.
Un saludo, Igor.
Chapó Rainer Maria Rilke.
Muchas gracias por hacerte seguidor de mi blog, gracias a vosotros tengo más ilusión de publicar nuevas entradas.
ResponderEliminarVoy a darme una vuelta por tu blog, tiene muy buena pinta
Saludos cordiales desde Valencia.
Hola,
ResponderEliminarEs verdad, con unos pocos versos es suficiente. Pero para llegar hasta ahí... Y esa densidad insólita de Rilke es propia de grandes poetas.
Le chevalier, bienvenido. Y es que publicamos para ser leídos.
Saludos.
Hermoso poema. Delicado, frío.
ResponderEliminarVC
Hola Valdemar.
ResponderEliminarComparto tu impresión, junto a tus adjetivos de cirujano. Delicado y frío.
Saludos.
Linda sí es, besos.
ResponderEliminarLinda, perfecta, poética.... La Pantera de Rilke es una de esas piezas por las que vale la pena haber leído 1.000 poemas aburridos.
ResponderEliminarBesos.
Este es uno de los poemas que te hacen el día... Es radiante, incontenible, inaprehensible...
ResponderEliminarSaludos
Rosy
Caramba, sí, radiante e incontenible poema.... Qué maravilla de versos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarmuchas gracias:
ResponderEliminarhttp://pabellondepalabras.blogspot.com.co/2017/09/la-pantera.html
Lo descubrí en la película "Despertares" y me encantó. Hoy lo he recordado, me ha dado por buscarlo y así he llegado hasta aquí. ¡Gracias por la traducción y el resto del artículo!
ResponderEliminarDe nada Niki, gracias a ti por comentar. Esta entrada de la Pantera de Rilke es de las más leídas del blog.
ResponderEliminarLuego dicen que no hay lectores de poesía.
Sostengo lo contrario, ¡y con datos empíricos!
Aquí va una variación del poema de Rilke, una revisita, a partir de la traducción de Antonio Pau. Está mi libro "Poemas de bancarrota y otros poemas". Me llavo Javier Gil, por si a alguien pudiera interesar ;)
ResponderEliminarUN USUARIO DEL METRO DE MADRID ESPERANDO,
A LA MANERA DE LA PANTERA DE RILKE
De ver pasar "vagones" su mirada
se ha cansado tanto que no ve ya nada.
Le parece que hubiera mil "vagones"
y tras los mil "vagones" ningún mundo.
El lento andar de firmes pasos blandos,
que giran en torno al círculo más mínimo,
es un baile de fuerza en torno a un centro
en que hay, aturdido, un gran deseo.
A veces se alza el telón de la pupila,
sin ruido... entonces una imagen entra,
cruza los miembros, silenciosos, tensos,
y llega al corazón, donde allí muere.
Traducción de un poema de R. M. Rilke de Antonio Pau para "Cuarenta y nueve poemas" (Madrid, Trotta, 2014), cambiando tres palabras.
Busca la libertad dentro y fuera de su círculo sin esperar nada más...
EliminarJoder.... Me he quedado con la cabeza dando vueltas. Me encanta el comentario.
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