Ayer tuve un sueño. Estaba con Confucio pescando en un riachuelo. El viento movía el bosque de bambú y el maestro no me prestaba atención. Saqué una anguila reluciente, que se contorsionaba con enorme desesperación.
—Maestro —dije—. Escribo más que leo. ¿Eso es malo?
Confucio observó como su caña se torcía, pero el pez escapó en la rapidez de la corriente. Cuando creía que ya había olvidado mi pregunta, contestó:
—Sí, es malo.
¿Este no es el sueño que mencionabas en mi última entrada, cierto?
ResponderEliminarLamentablemente, a pesar de mi admiración por la filosofía oriental, no he leído demasiado de Confucio. Un error que espero corregir pronto.
Sobre esta entrada, pues no sé que decir. Los antiguos maestros de oriente solían ocultar profundas reflexiones tras frases aparentemente sin sentido. Todo un arte, dificil de imitar en occidente, donde parece que asociamos lo valorable con lo complejo.
Saludos, Igor!
Qué gran sabio... Quién tuviera estos sueños!
ResponderEliminarSiento no poder hacerte de psicoanalista improvisado y, por supuesto, gratuito, pero hagas lo que hagas, no dejes de hacerlo: lo de escribir te sale muy bien y el post, aunque breve, es tres veces bueno.
ResponderEliminarLuisa Tomás
Y claro, como le distraías. Cómo no iba a ser malo! Yo escribo más que leo. Qué identificada me he sentido con tus post. Gracias por compartirlo. He llegado hasta aquí en mi viaje por este océano sin agua desde el blog de Gallego.
ResponderEliminarUn abrazo,
Andri
Yo peco de la misma enfermedad. Voy a ver si escribo algo, hombre.
ResponderEliminarComo siempre haciendo pensar a mi cabecita, sea una entrada larga o reducida, eres una maquina Igor y yo también peco de lo mismo, ya me gustaría tener tiempo para poder leer más
ResponderEliminarPor cierto, no se como lo haces pero eso de descifrar mis escritos, es que lo clavas
Entiendes mi mente creo casi más que yo, interesante dato.....
La verdad, al recordar el sueño me pareció un chiste malo. Luego pensé qúe tenía algo, no sé. Luego pensé que estaba bien como reflexión y luego volvía a pensar que era una broma de Morfeo. Al final decidí colgarlo para ver qué pasaba.
ResponderEliminarVeo que mi enfermedad es más común de lo que parece.
Saludos.
Yo leo mucho más que escribo. Seguramente escribo mal, y sin duda tengo muy poco que contar y mucho que aprender.
ResponderEliminarSaludos
Me parece que esto es el equivalente a hablar mucho y escuchar poco, de ahi que sirva a pesar de la levedad
ResponderEliminarLevedad o/y relatividad. Pues no lo había pensado, Gin, aunque sea tan rabiosamente evidente. Saludos.
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