8 feb 2015

Poema El Minotauro

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poemas de hoyLanzado otra de las salvas del libro Poemas 3,14. El poema El Minotauro se basa en una sensación o quizá sea una intuición. La mayor parte de las cosas que nos ocurren, nuestra propia vida, las angustias, los llantos, el nerviosismo, son algo que nos viene de fuera, sí, pero en gran parte el estrangulamiento vital nos ahoga por muros construidos por nosotros mismos. Dejo el poema. Viviendo en un laberinto.

El Minotauro

Si alcanza la quietud y el verano anochece
con vino suficiente para acallar el día
decido buscar la raíz de todos los males
que van alejándome de la osadía.
Buceo en el pasado, llevado por el oleaje
en un océano de cristales a la deriva
que una y otra vez golpean los acantilados.
Vuelvo a recorrer pisos abandonados
aparto jarrones, deshojo algunas de las flores
muertas que se desvanecen en mis manos.
Doy luz a marionetas de polvo y otoños:
hombres a los que señalé como amigos,
mujeres que desaparecieron en las esquinas,
llaves sobre la mesa para armarios carcomidos,
patios de colegio, enormes aulas ya vacías,
despachos en los que cegado me desangré,
pasillos verdes, pájaros estáticos, redes,
lámparas apagadas, camas deshechas,
antiguos mapas y antiguas son las canciones,
perros que no ladran, males en las antesalas
y un cajón lleno de palabras desaforadas.
En las últimas cámaras aguardan los gritos,
las voces, cien rostros y, petrificadas, las lágrimas.
El final es el inicio y el Minotauro aparece.
Un gesto visto. Soy yo. Yo mismo sonriendo
veintitantos años atrás en una encrucijada.
«Yo te conozco, tan distinto a quién eres».
Me desdeña. El Minotauro no tiene espera.
Deshago el camino hecho, si pudiera
con un martillo le abriría la cabeza.
Si pudiera, abriría una gran brecha
para que la maleza conquiste la tierra.
Voy a cambiar de dirección, voy a cambiar de barrio.
Me visto, corro las cortinas, apago todas las ideas.

Lluís Viñas Marcus Del libro Poemas 3,14
                                                                                           




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13 comentarios:

  1. Espeluznante.
    Y desgarradoramente real.

    Saludos.

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  2. El terror que sentimos de nosotros mismos, de nuestro pasado... Yo veo miedo, mucho miedo ahí...

    Salud

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  3. Hombre, el poema mezcla muchas cosas. Creo que es una de las cosas buenas de la poesía, permite eso. Una importante es que en la vida, las cosas van por lo que hiciste hace veinte años, por lo que no se hizo hace diez o por el camino que uno tomó hace dos días.
    Hay de todo, eso sí. ¡Saludos!

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  4. No hay peor enemigo que uno mismo.. la retórica suramericano se nota..jjaja.. esa acumulación profusa de todo... el sentimiento es universal..
    un abrazo

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  5. Vaya viaje (y sin moverte del sitio): llegar hasta el principio mismo de la elección. Es un privilegio y una tentación.

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    Respuestas
    1. Ahí está una de las claves del poema, el origen de la elección, de lo que escogió cada uno, como responsabilidad, como origen de todos los males o parte de estos.
      Los ricos viajan en Bussiness, los pobres, con la mente.
      Un abrazo.

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  6. Pertinaz e insolente se nos presenta nuestro alter-ego, con todas sus armas y estrategias, mezclando recuerdos con anhelos... y exigiendo. Y cada día esperando la tregua que no llega, la concordia que nos está negada. Sólo queda el desahogo del poema.
    Un abrazo.

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  7. Si alguna vez completamente me pierdo en este laberinto circular, te buscaré. Aunque el que llegará será sombra de Minotauro.
    Un abrazo.

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  8. La sociedad me construyo un laberinto, para salir construí el mi mio, me llevo tanto tiempo que ya no soy yo, soy el odio, los celos, el amor y la bestia en que me he convertido.

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  9. "Para salir me construí el mío"... Esto me ha dejado estupefacto. Me va dando vueltas por la cabeza.

    Me temo, que en este laberinto de laberintos, somos el yo más en lo que nos han convertido.
    Saludos.

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