4 jul 2015

Todo es posible

Es verdad que todo es posible. Pero quienes no se cansan de repetir esa consigna, para vender sus recetas de felicidad o autoestima de previo pago, obvian que para que todo sea posible hay que pagar un precio. Un precio alto en forma de tiempo-esfuerzo. Y que la mayoría de los que persiguen el todo es posible no alcanzan sus metas. Como los miles de chavales que sueñan con jugar en primera división y no pasaran de los partidos de noche en una liga cualquiera de su pequeña ciudad.
El todo es posible y el se puede conseguir esconden una presión, un interés creado. La presión sobre las mujeres para que tengan el pecho alto y el trasero respingón (y que no dejen de sonreír) o la presión sobre los jóvenes para que tengan unas abdominales visibles, ¿cómo salir a la calle si no?  Y encima de las espaldas de los no tan jóvenes les cae el peso de la obligación de triunfar, de subir en la escala social. Casa grande, coche grande, colegios exclusivos, ropa cara. Y eso, de conseguirse, también conlleva un precio alto. Triunfar como madres, como trabajadores cualificados o empresarios, como jóvenes talentosos, como deportistas, como amantes, como gente muy social… ¿No se puede ser felizmente invisible? ¿O tranquilamente ser transparente?
La presión viene de todos los lados y no está definida. No tiene olor. Es una presión generada por la industria para obligar al consumidor a dar pasos que no necesita dar y es una presión interna, implícita en el género humano, la de estar por encima de los otros un escalón o cinco o veinte en un zigurat social imposible de coronar. El otro día me contaban que en China lo que marca el estatus social es el móvil, no el coche. La gente firma hipotecas para sufragar un Smartphone de esos cañón. Es una guerra infinita. La gente cuando ve mi Nokia con el cual solo se puede hablar se sorprende o se ríe de mí. Mi hija, a sus 13 años, lo definió como el móvil cutre de papá. Atención a todo lo que implica esa definición. Lo curioso es que en ese carrusel que se arrastra desde los albores de la historia todos nos apuntamos como socios de una onegé, en calidad de voluntarios.

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7 comentarios:

  1. Has de tenir un talent previ perquè tot sigui possible. Jo amb arribar al notable en tinc prou. En general sóc molt austera, menys amb la roba i el mòbil. No es pot matar tot el que és gras, de fet l'elegància és la màxima senzillesa amb un toc de sofisticació.

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  2. Soporta lo inevitable.
    Disfruta de lo que es posible.
    Y sé inteligente para diferenciar entre ambos mandatos.
    (Buda)

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  3. La sufrí hace años.
    Ya no.
    La vida y el tiempo me enseñaron lo realmente importante.

    Saludos.

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  4. Compiten en una carrera agotadora entre ellos que al mismo tiempo les unifica, en el trabajo, el gimnasio, las marcas caras etc, donde la meta nunca termina o es la frustración.
    Nada es comparable a disfrutar de lo que es gratis, que no necesita esfuerzo.
    Compensa mas, cansa menos arrimar el hombro, sostener y ayudar al otro que competir con él.

    Me ha gustado tu retrato hiperrealista sobre la infelicidad colectiva.
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Ahí está, la frustración. Enorme y creciente. Es verdad, ayudar al otro compensa más, no tratar de dejarlo atrás.
      Saludos.

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  5. Eso todo es verdad. Me pone nervioso cuando un genio de algo (deporte, arte, gestión, me da igual), al recibir su premio, dice con la sonrisa en los labios: todo es posible. Y resulta que él mismo es un ser excepcional y único, irrepetible.
    Lo que pasa es que, no sé, tengo la sensación de que algunos se están aplicando la medicina antes de la enfermedad, y se dan por vencidos antes de haber empezado. Lo cual parece tan extraño. ¿Esto será una presión social también?

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  6. Bueno, en el género humano cabemos todos. Sí que hay gente que se da por vencida antes de empezar la carrera o que por miedo o pereza se dejan explotar en sus puestos de trabajo sin cambiar.
    Pero, no sé definir lo bien, hoy como nunca vivimos asfixiados por objetivos y metas, casi siempre inalcanzables. Una presión que genera dinero, sí, y mucha infelicidad.
    Saludos.

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