31 ago 2010

La corrupción

bacanal romana
Una cena "ligera"

La corrupción, algo tan antiguo como humano. En la magistral «Historia de Roma», el maestro Indro Montanelli narra cómo fue una cena en la que participó Cicerón: «Eran obligatorios, como entremeses, mariscos, pajaritos de nido con espárragos, pastel de ostra, etcétera. Después venía el yantar propiamente dicho: tetas de lechona, pescado, ánades, liebres, guanajos, pavos reales de Samos, perdices de Frigia, morenas de Gabes y esturiones de Rodas. Quesos, dulces y vinos». Y Montanelli dice: «Puesto que todo dependía del dinero, el dinero se había convertido en la única preocupación de todos». Ya se huele la futura hecatombe del Imperio.

Corrían los tiempos de Pompeyo y César y hasta Roma llegaban toneladas de riquezas de las provincias conquistadas. En Roma ni quedaban los pequeños labradores que sostuvieron la expansión de la República ni los severos Senadores que la dirigieron con acierto, honradez y sentido de estado. Fijaos en el contraste con los primeros tiempos, cuando Roma sobresalió de entre las cientos, miles de ciudades de la antigüedad:
«Y el rancho consistía en pan y legumbres. Estaban tan habituados a esta dieta, que los veteranos de las legiones, en un año de carestía de trigo, se quejaron de verse obligados a comer carne».

Y así se llega a la corrupción. De la corrupción nacen los dictadores. Octaviano, el primer Augusto, entendió que «los romanos habían dejado de creer en las instituciones democráticas y republicanas porque conocían su corrupción, pero estaban apegados a las formas. Pedían orden, paz y seguridad, una buena administración, una moneda saneada y los ahorros garantizados. Y Octaviano se aprestó a darles todas estas cosas». ¿Os suena? Nadie pedía la «isonomía» o demokratie de la que hablé en un post anterior. Sólo orden y seguridad.

No me toméis por un calvinista radical, también prefiero degustar los buenos vinos y no haría ascos a un pastel de ostras, pero hay algo en la historia de la Antigua Roma que se repite hoy; los hombres, sus pasiones y sus debilidades. La Europa de hoy me recuerda ese banquete opíparo, pagado con la esclavitud de celtas, hispanos, griegos y cartagineses.

*Nota del 19 de agosto de 2013: dificil de asumir y de creer los casos de corrupción que han emergido en los últimos meses. ¡No hay que olvidar la historia! Ella, en parte, explica el presente.
** Nota del 22 de diciembre de 2014: en relación con la corrupción. Si alguien lo escribe 10 años atrás, lo catalogan en literatura fantástica.

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14 comentarios:

  1. Un plaer veure de nou el teu bloc actiu. Espero que hagis gaudit d'unes bones vacances.

    Interessant post que lliga, gastronomia, política i poder.

    Recomano el llibre “Notas de cocina de Leonardo Da Vinci” (Editorial temas de Hoy), amb unes sorprenents receptes elaborades pel gran mestre renaixentista, durant la seva estada al palau del mecenes Ludovico Sforza, a Milà.

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  2. clap clap clap

    No puedo mas que aplaudirte.

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  3. Creo que además hoy en día hay otro poder jugando en nuestra contra: la prensa.

    La mayoría de la gente que conozco no pide "orden y seguridad", con que les dejen en paz ya les llega, pero eso es lo contrario de lo que los medios afirman.

    Y ahora un pensamiento que a mi me preocupa bastante... A Van Rompuy... ¿quién lo ha hecho nuestro presidente?

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  4. Hola la Meva Perdició,
    Pues he conseguido econtrar un fragmento del libro que mencionas. Vaya pinta tiene. Da Vinci incluso explica como sentar un asesino en la mesa. Dice: "Después de que el cadáver (y las manchas de sangre, de haberlas) haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentren sentadas a su lado".
    Es una gran recomendación. Gracias.
    He visto que has cerrado tu relato medieval. Me queda una buena lecutra. Saludos.

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  5. Hola Ivan,
    Gracias por la visita. La verdad es que, ideológico y a veces moralista, el libro no deja de ser una maravilla. Y su fin ironía le hace bien.

    Miércoles.
    Lo de Van Rompuy me ha dejado meditabundo. Es certo, es hijo de la burocracia, aunque a priori haber elegido alguien fuera del circuito electoral podría funcionar. No lo sé, pero si entiendo que sea muy poco democrático.
    En Roma funcionaba el "Radio Macuto", y mucho, con una crebilidad tan buena o mala como la prensa de hoy. Eso en la capital, fuera de ella, nada.
    Sobre qué pide la gente, pienso que lo primero es llegar a fin de mes, el resto...
    Gracias por el comentario. Saludos.

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  6. Para bien o para mal, unos más y otros menos, Europa -y algunas de sus extensiones- es la heredera de Roma, con lo bueno que tuvo y con lo malo.

    Saludos.

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  7. Hola dissortat,
    Por supuesto. Creo que el legado de Roma es extraordinario, fue una gran civilización, quizás la más grande.
    Gracias por la visita, ¡Saludos!

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  8. Buf. Sí que vuelves con las pilas cargadas. Nos has puesto contra un espejo y la imagen que encontramos da miedo por la suerte que corrió.
    Todo fue una huída hacia adelante en Roma. Hubo de adaptarse y precisamente fue su gran poder lo que prolongó en el tiempo la vida del gigante, adaptándose a los nuevos tiempos como podía. Pero en la adaptación perdió la identidad. Aquello del final ya no era Roma, sino otra cosa nacida poco a poco de su seno.
    ¿Qué somos nosotros los europeos y el resto de naciones herederas, como finalmente llegas a preguntarte? ¿Debemos creer que también nosotros hemos perdido la identidad o algunas de nuestras señas de identidad que nos convirtieron en lo que ahora somos?
    Hablas de la corrupción. Una vez leí a un periodista que el tema de la corrupción era muy grave, más de lo que pareciera. Pues la corrupción no se circunscribía al círculo más cercano al poder sino que extendía sus garras por toda la sociedad, inmovilizándola, osificando su creatividad, su genio.

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  9. ¡Ostia dafd! Lo has contado mejor que yo, quizás hayas hallado el factor que faltaba en esta ecuación. La identidad... Nada tenía que ver la Roma Republicana con la Imperial. Y Europa la perdió en buena parte al principio, en la Guerra de los Balcanes, también dándole tanto poder al mundo financiero para vivir por encima de nuestras posibildades y no sé cuantas cosas más. Pero aún hay esperanza, supongo.
    La corrupción es vertical, del pequeño hasta el grande, es un "estado de las cosas". Ojo, que casi pasamos a ser Reública Bananera y aún estamos en zona de peligro.
    Saludos, maestro.

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  10. Muy buena entrada Igor, la cultura tiene que servir para algo más que para entretener, aunque esto también.
    Somos las mismas personas, con los mismos defectos, aquellos del pasado y nosotros. Nada parece cambiar. Y lo cierto es que hechos atroces se producen en el mundo (dictaduras, masacres, campos de exterminio...)sin que parezca que algo hemos aprendido.
    El tema es que cuando uno se equivoca, afecta a su entorno más inmediato y a sí mismo. Pero cuando un politico o varios de ellos se equivocan su error puede ser mortal no sólo para unas determinadas personas o grupos, sino para un estado, o como en el caso que citas, para un imperio.
    Aprovechemos para aprender de las lecciones del pasado.
    Un saludo Igor.
    Pilar

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  11. Igor: no olvides tampoco esta frase tan bien dicha

    "Los romanos hacen un desierto y lo llaman civilización"

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  12. hola Pilar,
    Pues es cierto, aunque leyendo sobre Roma algo habremos aprendido, aunque fuera de sus fronteras el mundo siga siendo aún más injusto. Aquí arrastramos una crisis con los políticos, que son como nuestros padres. Así que también falla la sociedad, nosotros.
    Saludos y gracias por el comentario.

    Ivan, la frase está muy bien y tiene varios significados. Me la apunto.
    Gracias por la visita.

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  13. Siempre ocurre, el hambre, el miedo al hambre, el miedo a perder lo poco que poseemos. Pan y circo, también inventaron.

    El "O tempora, o mores", sigue vigente.

    Un saludo!

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  14. Hola Magda,
    Pues tras leer la historia de Roma más ganas me han entrado de leer los clásico latino, como Cicerón, con esta máxima de "O tempora, o mores". De César leí la "Guerra de las Galias" (menuda carnicería, pero un buen libro también).
    Saludos.

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