24 jul 2011

El secreto

Relato Breve El Secreto

Échale un vistazo a una pirámide de edad. A partir de los ochenta y tantos solo quedan mujeres. No tienen horario. Te las puedes encontrar en grupos de tres a siete horadando calles sin interés, cruzando parques deshabitados. Ellas van cogidas del brazo, a sus anchas desafiando el viento hiriente de enero o los rigores de agosto. La cuestión es salir de paseo, ¡qué digo! El tema es campear, y pobre de tú si no te apartas, pues en la manada las ancianas encuentran su fuerza.

Yo las espero. No puede ser que al final todo sea esto. A veces las sigo un rato o me aproximo sin levantar sospechas, como un espía del KGB en paro, para saber qué cuchichean. Porque ellas guardan algo. Sí, hace tiempo que lo sé. Al fin no solo hay campos sembrados, hay algo más. Sino, para qué trabajar, levantarse por las mañanas, hacer el café, lavar platos, sonreír en el autobús, planchar cuidadosamente el mantel tras la cena, cuando ya no sabes bien ni qué querías hacer hace unos años. Ellas son las guardianas de El Secreto. Incluso, a veces, siento la tentación de acorralar a una que ande separada del grupo y gritarle: «¡Cuéntame el secreto, cuéntamelo!». Pero sé que de nada servirá. Se reirá como para dentro y aspirará el viento sin decir ni una palabra, mirándome con ojillos de puercoespín. Así, me canso de seguirlas tantas veces, doy la vuelta a la manzana y vuelvo a subir a casa con esa vaga sensación de aturdimiento, sin el secreto que ellas guardan celosamente.

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26 comentarios:

  1. jajajaja me encantó!!!! jajajajaj Abuelas que te ven llegar un domingo a las 7 de la mañana y se piensan que has madrugado..xD

    Me encantan las abuelas (=

    Un besooooote

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  2. Mi familia es rara: Hay nonagenarios también masculinos; ellas son muy activas, no hacen nada sin interés y no suelen ir cogidas del brazo ni a los 80 ni a los 90. A los 100 ya sí (en efecto, también hay centenarias). Tampoco usan bastón ni toman pastillas, y parecen inmortales.
    En realidad saben bien que cuando se llega un domingo a las 7, o más bien a las 8 o las 9 de la mañana, no se está madrugando, porque han tenido amplia experiencia con sus hijos antes de llegar a los nietos y bisnietos :)

    Feliz tarde, monsieur

    Bisous

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  3. jajaja, no te preocupes Ígor, con lo mucho que te aprecio, cuando yo llegue a los 80...te desvelaré el secreto y entonces serás tu quién mire al resto de mortales con ojitos de puercoespín (me ha encantado metáfora)

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  4. La esperanza de vida de una mujer es más alta de lo que a mi me gustaría, sobre todo por lo que eso implica(e implicará descaradamente).
    En mi pueblo sacan una silla de la casa y hacen corros. Cuando pasas dejan inmediantemente el tema que las entretenía para fijar sus miradas en tí. Cuando vuelva a ir las preguntaré por El Secreto ;)
    A mi, más que esos grupos de mujeres, me impacta la imagen de un hombre y una mujer de unos 80 años paseando cogidos de la manos o abrazados. ¿Estarán enamorados? Tal vez...

    Beso

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  5. Bestial...joder!!!

    Me voy con el gusto de no haber descubierto El Secreto, con lo que ser presa de la persecución tiene un encanto que jamás tendría el descubrimiento. Excelente, muy fino.

    Un abrazo!!

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  6. ¡Tened cuidado! De verdad, poseen un conocimiento que el resto de mortales ni sospechamos. Es la proximidad, imagino.

    PD: madame, cuenta usted con una genética portentosa que envidio sin reparos. En mi casa, las cosas van más como en todas, sobrevivien las damas.
    Saludos. Y gracias por pasaros por este rincón.

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  7. Tengo pensado escribir algo sobre las conversaciones sobre las que nuestros conciudadanos, a menudo, nos hacen partícipes sin quererlo.

    Da para miles de cortos.
    Un abrazo, compañero.

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  8. Y luego dicen que somos el sexo débil...

    ;)

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  9. ¡Qué gracia! A mí me encantan estas señoras!

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  10. Yo siempre las dejo pasar primero. Son saias :)

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  12. A diario paso por delante de un casino del que, sobre las diez de la noche, salen muchas octogenarias y percibo en estas personas más "condición" que secreto.
    Estaré observando.
    Un saludo
    Demian

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  13. Sé que tendré la respuesta, lo sé. Sólo debo esperar 40 años. Aunque de momento soy hombre, así que las cosas no están nada fáciles.

    ¡Uf! En los casinos seguro que hacen cónclaves, entre línea y líneas. ¡Incluso mal de ojo!
    Cuidado si se las cruzan y no les dan los buenos días.

    Saludos.

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  14. Nunca he visto más caladas a unas ancianas. Así merecen todo nuestro respeto. Cuidado que nos vigilan...

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  16. En mi casa hay damas breves y damas eternas... Quisiera ser eterna, la verdad.

    ¿El secreto no tendrá nada que ver con el bitter kas?

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  17. Tú también lo has notado?

    Menos mal, pensaba que estaba enloqueciendo.

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  18. Muy interesante el texto.Un gusto visitarte y leerte.Te envío un cordial saludo amigo.

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  19. Toro, también lo que notado, se podría denominar "la gran conjura"... Suerte que lo has dicho.
    Darwin, gracias por pasarte por aquí.
    Saludos.

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  20. si del bracito de una octogenaria vislumbras a una chica de solo 40, fíjate bien, a lo mejor podríamos conocernos!!!


    (miraré de sonsacarle el secreto a mi madre, pero creo que se lo enyesaron junto con el brazo derecho)

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  21. Muy bueno, sí, ellas saben. Y nosotros no lo entendemos aunque está ante nuestras narices.

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  22. Este peculiar texto me ha llamado la atención, Igor. Ves a las ancianas desde un punto de vista diferente, les das un toque de romanticismo secreto. ¿Quién sabe a ciencia cierta qué es lo que traman las ancianas en sus corros? ¿Acaso no han tenido el tiempo suficiente para decirse de todo?
    Me has dejado una interrogante que tal vez desarrolle en una próxima novela.

    Un abrazo,
    Blanca

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  23. Esta pregunta, ¿Acaso no han tenido el tiempo suficiente para decirse de todo?, me ha volatilizado el cerebro. Qué bueno.
    Que traman algo, una oscura conjura que dura desde los inicios de los tiempos, es seguro. Lo malo es que no tengo prueba alguna. Ahhhh.
    Un abrazo.

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