31 oct 2013
29 oct 2013
Por la senda de Malaz
24 oct 2013
Cuento de Halloween El Pasadizo
Un cuento corto pensando ya en El
día de los Muertos, un cuento para
Halloween o Día de los difuntos.
Vaya, para el 1 de noviembre, cuando los cementerios se llenan de flores y
algunos recuerdan y honran a los que “se marcharon con la mayoría”, que decían
los romanos, claro que en el siglo II a.C la Tierra no sufría de la
sobrepoblación de hoy y los muertos, por tanto, eran mayoría.
Bueno, para todo hay remedio. Disfruten del cuento que no tiene más
intención que esa, la de tomarse una pastillita de pura evasión.
EL PASADIZO.
El hombre se acercó al joven, que salía de la
entrevista.
—Vaya, no te han dado el trabajo, ¿verdad?
El joven asintió, compungido.
—No te han dado el trabajo porque eres demasiado
bueno, ¡este puesto de mierda no era para ti!
El joven miró al hombre trajeado con cierto interés.
Cuento de Halloween El Pasadizo
15 oct 2013
Héroes de Orcómeno
Tu vida es aburrida. Como la mía, ya lo sé. Bien se podría definir el vivir como una larga concatenación de tedios. Por eso escribí Vamurta, por eso la puedes leer. No hay héroes en mi barrio. Sí los hay en la ciudad-fortaleza de Orcómeno, el gran bastión murriano que mira al sur, donde tras el gran Desierto de Aicar, afirman los que han vuelto, se extienden unas llanuras habitadas por tribus nómadas tras las cuales aparece el violento verdor de una jungla inexplorada. Un fragmento más de Vamurta. Héroes épicos, héroes antiguos. Este se corresponde al capítulo 21 del primer libro. En esta escena no ocurre nada, al igual que en los inter-tedios. ¿De verdad se necesita acción cada dos páginas?
21
Los esclavos
«Durante todo aquel día de primavera no había dejado de llover. El agua había convertido el suelo arcilloso de Orcómeno en un inmenso barrizal por el que transitaban penosamente los pocos guardias y esclavos que, llegado el crepúsculo, aún seguían con sus quehaceres. Dasteo y Arisas contemplaban, desde una de las torres, calados hasta los huesos, las obras que pronto serían concluidas. Ese inmenso y poderosísimo enclave en medio de los campos vacíos y cerca del mar, una punta de lanza para guarnecer futuras migraciones de los murrianos del oeste. Cubiertos con capotes y recortados contra un lienzo gigantesco de nubarrones y bancos de niebla, los dos hombres grises se preguntaban cómo podía ser tomado ese bastión, una vez dispusiera de toda su artillería, como se denominaban esas armas que habían cambiado la forma de hacer la guerra.
—Se hace tarde y estoy cansado. Bajemos
y resguardémonos en casa, Arisas. Hoy queda poco por hacer.
Héroes de Orcómeno
10 oct 2013
Banderas y helados
7 oct 2013
Fotografías de Chris Killip
Hola, muy buenos días o buenas tardes. El motivo de mi escrito es
pedir dinero para un viaje en avión de Barcelona a Madrid. Desearía visitar el
Reina Sofía, en concreto esta exposición de fotografía sobre la clase obrera
británica —perdón, inglesa— durante los años 80 del fotógrafo Chris Killip. En
este mundo en que casi todos se esfuerzan en aparentar, incluso a sí mismos, que
sus vidas son mucho mejores de lo que en realidad son, estas fotos son un
tesoro. Al verlas, algo se removió dentro de mí. Realismo e incluso poesía.
¿Es posible tal combinación? Miren las fotos que adjunto. Ah, del dinero que
pido. Y piensen que peor es robar. Bien, estaría dispuesto a aceptar un crowdfunding, incluso, si
sobrara dinero, escribiría algún artículo sobre tal exposición además de tomarme
unos churros por Madrid. Aviso: sólo viajo en primera clase, así que
saldrá un poco caro (((¡¡¡ Por eso nunca sales de casa!!!!))) ¿Quién ha dicho
eso, eh, quién? ((( Soy la voz de tu conciencia))) ¿La voz de qué…? ¡Si nunca me has servido de nada! ¿Y para que usar el anglicismo crowdfunding si
se puede usar la bella y mediterránea mecenazgo?
Háganlo en honor a Lázaro Carreter, que me hace reír con su libro sobre la
lengua llamado El Dardo en la Palabra.
Fotografías de Chris Killip
3 oct 2013
Los hipopótamos de Burroughs y Kerouac
Menudo para de tipos Burroughs y Kerouac. La generación beat sigue, lamentablemente,
siendo actual. Leyendo,
disfrutando de Y los hipopótamos se
cocieron en sus tanques. Un libro que no cuenta nada del otro jueves. Total,
un grupo de borrachines de distintas edades que se juntan para ir a beber o
estar juntos sin hacer nada en el piso de aquel o de aquel otro en Nueva York,
en pleno agosto. No hacen nada, los americanos han desembarcado en Normandía y
nadie sabe si lograrán llegar a París, hace calor y beben.
Los hipopótamos de Burroughs y Kerouac
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