Este es el mejor relato breve que he leído jamás, Deseo de ser piel roja de Frank Kafka.
Una desestructuración total que expresa el deseo de libertad. Incluso el deseo
de libertad de esa cárcel que es uno mismo. Si pienso en las mejores novelas cortas que he leído siempre me
viene en mente El Extranjero de Albert Camus y El jugador de Dostoievski, si pienso en relatos, La perla de
Steinbeck y Los que se alejan de Omelas
de Ursula K.
Le Guin. Pero, Metamorfosis aparte, si pienso en
algo muy corto El Deseo de ser piel roja se
impone. Y lo gracioso es que leí por primera vez este relato hace unos meses en
el blog de Viaje Íntimo de la Locura. Desde entonces, como una novia que te ha
rajado el corazón, no dejo de pensar en este relato, que ya forma parte del núcleo
duro de mi microuniverso. Disfruten, alucinen, háganse el hara-kiri o opten por
encerrarse en una ascensor y no volver a salir de allí.
(Cuidado, hay dos traducciones con interpretaciones
distintas. Ya puestos dejo el original que ni papa de lo que dice, por si
alguien lo entiende, creo que está en Panzerfaust, ¡si al menos estuviera en lapao!)
Deseo de ser piel roja
«Si uno pudiera ser un piel roja siempre alerta, cabalgando sobre un caballo veloz, a través del viento, constantemente sacudido por la tierra estremecida hasta arrojar las espuelas, porque no hacen faltas espuelas, hasta arrojar las riendas porque no hacen falta riendas, y apenas viera ante sí que el campo era una pradera rasa, habrían desaparecido las crines y la cabeza del caballo.»