Ahí está, como cada mañana, la viejecita del balcón de enfrente barriendo la terraza con una escoba. Deja de barrer y me mira a mí. Esto es sorprendente. ¿Qué hace? Levanta un fusil. Veo un fogonazo.
25 may 2013
Microrelato La Viejecita
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿No sabes que no te puedes fiar de las viejecitas con aspecto amable?
ResponderEliminarSalut! (Collons amb la iaieta!!)
¡Agáchate! Por cierto, que relativamente fácil es montar un microrelato si te llega la idea. Debo salir a fumar más en el balcón.
ResponderEliminarSaluttten.
Qué casualidad. Hoy, después de semanas de bendita paz, volví a ver a la vieja/bruja del primero. Y, por cómo estaba, si alguien le diese un fusil, ya no tendríamos obras en el cuarto.
ResponderEliminarEspero que no sigui autobiogràfic! Molt bo i sorprenent, com un fogonazo.
ResponderEliminarCambió la escoba de barrer el polvo por el fusil para barrer al mirón. ¿O fue el flash de la cámara fotográfica del nieto para inmortalizar la imagen?
ResponderEliminarSaludos.
jajaj qué bueno.. adioss personaje.. micorelato interactivo
ResponderEliminarAcaba usted de recordarme a Gracián, si es que acaso no sea usted mismo el propio Baltasar redivivo. Ya sabe.
ResponderEliminarUn saludo.
Parece qe las escobas las carga el diablo.
ResponderEliminarJa,ja, buen juego de palabras.
EliminarMe ha encantado. Superdivertido, la verdad.
ResponderEliminarMe alegra que encuentres el cuento divertido, ¡es para eso! Para reír un poco.
ResponderEliminarBesos.
Todo es tan oscuro, tan equívoco. Ya no sabemos de qué fiarnos. Ni siquiera de esta encantadora señora.
ResponderEliminarEstos cuentos tan cortos tienen tanta miga por detrás.
Gracias por compartirlo.
Ahí está, un cuento corto es como un susto, que luego tiene miga.
ResponderEliminarSaludos.