Criaturas Fantásticas en un mundo épico
Vida Privada y CreenciasSin duda, a los vesclanos les gustaría vivir sin más, entre el bosque y el cielo, teniendo como únicos vecinos a los animales salvajes y los espíritus que adoran. Para este pueblo, la llegada de los hombres grises y la progresiva expansión de los territorios sufones, desde el oeste y el noreste, supuso una convulsión social y económica que se alargó durante muchas estaciones, al ver mermado sus recursos y sus tierras.
Los vesclanos son una de las razas más pacíficas e introvertidas de las presentes en las enormes extensiones de tierra de las Colonias, según la denominación de los hombres grises. De hecho, los vesclanos rara vez han iniciado guerra alguna, incluso en el ámbito privado resulta extraño ver un vesclano iniciar una pelea. La violencia se reserva para la defensa, aunque no existe para este pueblo una exclusión expresa de la vía de las armas y, de hecho, si éstos se consideran engañados o timados, no dudan en afilar sus dagas.
Es, quizás, la falta de ambiciones políticas y territoriales lo que resulta más chocante y singular de esta raza, y al mismo tiempo, lo más apreciado por sus aliados y aquellos que les son próximos. Su fidelidad y sentido del orden son proverbiales en el oeste y en el este, y tener un amigo entre ellos significa tener alguien al que poder recurrir, alguien al que acudir aunque el tiempo haya extendido las zarzas del olvido.
En las creencias de este pueblo, “amendhas”, no hay ni dioses ni santos, y menos aún representación física de los mismos. Su culto se basa en una energía rectora, “Boadhais”, que organiza y hace el mundo posible. Son un pueblo animista, que cree que el Más allá es un tránsito que los devuelve al fuego primigenio de la tierra, que adora a las fuerzas del viento y la tempestad, a lo que respira en la profundidad de las cuevas, que ama los árboles, los bosques y los prados, ya que consideran que al morir, se vuelve al Boadhais, en todas sus formas posibles. De todas las expresiones de la naturaleza, es en el fuego donde los vesclanos ven la condensación, el clímax, del Boadhais, ya que consideran que la energía desprendida por las llamas es pura renovación, un tránsito de un estado a otro.
Las familias vesclanas acostumbran a ser numerosas, lo que facilita la estructura de clanes, ya que cada hembra puede albergar en su vientre entre diez y doce retoños, aunque muchos mueren durante los tres primeros años de vida por ser los neonatos de muy pequeño tamaño y escasas defensas. En las familias, la abuela es la figura que aglutina al resto de parientes y su defunción es el acto social más notable, por encima de alianzas y matrimonios. Los muertos jamás son enterrados, y se opta por la incineración como último adiós, ya que consideran que la energía de la muerte no desaparece, si no que se transforma.
Pues sí, si se pueden dejar, comentarios, XD.
ResponderEliminarAunque el recuerdo de la lectura va quedando difuso con el tiempo, recuerdo a los vesclanos como una raza muy especial, aunque sospecho que quizá adquieran mayor protagonismo en posteriores entregas...
¡Hola Velkar!
ResponderEliminarQué ilusión verte por aquí. Bueno, primero de todo, recomendar su site de fantasía épica, propio de un magnífico forjador de historias. Lo tenéis en los enlaces. ¡Visitadlo!
Sí, los vesclanos aparecen y ganan peso en la Segunda y Tercera Parte de la novela. Son casi los únicos que no tienen la expansión y la guerra como divisas, que aspiran a vivir en paz en sus propios territorios.
Un saludo.