El tipo éste que canta con una voz como salida de un bosque que en lugar de hojas tiene papeles de lija. El otro que toca con dedos de angelito la batería. Un tipo con pinta de pasarse todo el día encerrado en la habitación, a la guitarra, y sigue. Son los Tindersticks. Rock intimista, hermoso, poético, desgarrado, no siempre alegre, con cierta tendencia a la añoranza del pasado. Los vi en directo, hace años, en la Plaça del Rei de Barcelona. Afortunado soy.
Página (molona) de la banda: http://www.tindersticks.co.uk/intro.php
¿Un poco de música? Y añada un dry-martini, por favor.
Mire qué completo es usted, que hasta nos pone música de vez en cuando.
ResponderEliminarMuchas gracias, monsieur.
Feliz comienzo de semana
Bisous
No los conocía, pero la tono de la voz del cantante me ha relajado y mucho, gracias por esta pizquita de relax, en un día con tanto ajetreo.
ResponderEliminarUn besazo.
Ya lo creo que eres afortunado.
ResponderEliminarGracias por presentarlos, no había escuchado nada de ellos.
He estado dando una vuelta por su página y vuelvo divertido, es una música muy curiosa.
Saludos
Tampoco los conocía, muy buenos, me gustaron...acabo ver el video de la sirena, total.
ResponderEliminarVaya un moderno estás hecho ^^
ResponderEliminarNunca los había escuchado y creo que tendré que hacerlo a menudo de ahora en adelante, buena recomendación =)
ResponderEliminarUn beso!
Moooolaaaaaaa! Ni idea de que existían. Ahora sí. Gracias
ResponderEliminar¡Son buenos de cojones! No sé porque en este vecindario son tan poco conocidos. ¿Les falta una mano de márketing? Bueno, eso a todos.
ResponderEliminarSaludos.
Desde luego, no hay nada como asistir a un buen concierto y ser consciente de ello: ¡como con el buen comer! Si es que es tan fácil disfrutar de los placeres sencillos... ya decía Wilde que son el último refugio de lo complejo. Recuerdo, en particular, tres conciertos azarosos a los que tuve la suerte de asistir: en Las Vegas, un grupo de rock-folk que nos hizo saltar de la muerte; en las escaleras del Mont-martre en París, dos tíos "funkeando", acojonante; este verano en Chiavari, un pequeño pueblo del norte de Italia, de unos, probablemente casi desconocidos, aficionados al rock pero que sonaban requetebien.
ResponderEliminar¡VIVA LA MÚSICA!
¡Maldito perro! Qué suerte tienes Agustín, con tanto viajar y poder ver esos grupos que hacen de la música algo mucho más vivo y verdadero. Los conciertos de Coldplay o U2 no son conciertos de rock, son actos sociales representativos, así que viva los callejeros.
EliminarUn abrazo.
No está mal.
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