El libro de
fantasía Antigua Vamurta también está a la venta en papel desde hoy. Después de
fiestas daré noticia detallada, mientras, dejo los enlaces para comprar este
libro, que como sabéis, también está disponible como libro electrónico o ebook.
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Sobre los avances
del libro de esta novela épica de género fantástico. Publicaré pocos fragmentos y
deliberadamente desordenados para no avanzar o dar pistas sobre la trama.
40
la ruta del oeste
la ruta del oeste
—Puede que sea un borracho y un fanfarrón. Eso es lo
que decía mi madre —murmuró Dort Riala—. Pero, por todos los males que pueblan
la noche: llegarás a Oquadé.
El hombro rojo había atado al murriano a la montura
con una cuerda que rodeaba la cintura y el pecho de su compañero. Quería evitar
que un desmayo fuera una caída fatal. Ambos renos rompían el camino, uno al
lado de otro. Dort, con la gruesa mano izquierda, sujetaba las riendas de los
dos animales que exhalaban, poderosos, grandes nubes de vaho. Era tal el frío
que ni los gruesos jubones superpuestos a las corazas servían para dar calor. Incluso
la luna, aupada sobre una nada negra, parecía un cristal helado.
El hombre rojo soltó una carcajada horrible, un
trueno que resonó en la soledad de los campos y bosques que iban dejando atrás.
Aldier abrió un ojo, recostado como estaba sobre el musculoso cuello de su
montura.
—Ellos tampoco pueden espolear a sus bestias. ¡Esos
insectos se romperían el cuello!, ¡esas cabezas calvas y puntiagudas! Como las
de un puercoespín, ja, ja, ja. ¡Cabezas de coliflor, eso es lo que son!
El murriano sonrió, agarrándose al consuelo del
coraje de su compañero.
—Te conozco, murriano. Crees que soy uno de esos
hombretones que pasan sus días dando mamporrazos a todo lo que se pone delante
y luego lloriquean sus desgracias agarraditos a una buena jarra, que por
cierto, daría mi vida por una de ellas. Pero tengo ojos, estos —dijo,
llevándose dos dedos sobre las profundas ojeras del que no ha dormido—.
¡Siempre te escondes! Pero te vi, te vi en esa isla.
No era posible hacer más. Desapacible noche para ser
horadada. La luz de la luna manchaba el sendero convirtiéndolo en una traza.
Espolear los renos equivalía a un suicidio, así que se limitaban a acortar la
distancia que los separaba del campamento algo más rápido de lo que lo haría un
hombre corriendo. El aire gélido cortaba las mejillas. El rojo cerró un poco la
capucha de lana de su largo abrigo. Endureció las facciones, apretando los
dientes. Sobre su barba hirsuta reposaba la escarcha. Bajo el cuero de sus
guantes sentía el hielo que eran los muchos anillos con los que se adornaba las
manos. Con su diestra, sacó algo de la alforja que colgaba de los traseros del
reno.
—Tengo mis recursos, murriano. Los espíritus del
viento no me doblegarán —Dio un trago del frasco de cerámica que sostenía con
su mano libre—. No soy un Bálkida, ¡vive Tamboras!, pero tengo mis recursos.
Ten, dale un buen lingotazo. Lo necesitas.
El cuerpo de Aldier botaba al unísono con el animal.
Alargó el brazo y bebió con dificultad. Tosió. Aquel aguardiente de tubérculos
quemaba. Sentía que la pierna seguía sangrando, a pesar del vendaje improvisado
por el hombre rojo. Hilos de sangre que descendían por los muslos de acero
hasta resbalar sobre la hendidura de su pezuña. Tenía tanto frío que solo
deseaba que todo acabara.
—Sí, te recuerdo en la isla. Cuando esos gusanos de
río, los llais, nos atacaron. Allí fuiste otro, magnífico a dos espadas. ¿Quién
eres? ¿Ese, o el tipo parapetado bajo un jubón raído? Abriste una puerta para
que pudiéramos escapar, aunque de todos solo quedamos nuestro estratego y yo… No
queda mucho para Oquadé, murriano. Me he perdido las fiestas del Zintan y eso
quiere decir que mis dioses no me favorecerán, al menos mientras dure el frío.
¿En qué creéis, los murrianos?
Aldier cabalgaba con los ojos cerrados. Dort frenó
las monturas y se apeó. Los renos agradecieron la pausa. Notó el profundo
silencio que los rodeaba. Nadie los seguía, al menos de cerca. Cubrió el cuerpo
de su compañero con otra capa y lo aseguró a la silla.
—Bebe un poco más. —Únicamente sobresalía la cara
romboidal de Aldier. Hasta sus bigotes caían a los lados—. Debes mantenerte
despierto, amigo. Intenta estar derecho, como un dios.
El aire zumbaba en sus oídos, furioso. Lo
tranquilizó no ver ni oír nada más que sus respiraciones y los bufidos de las
monturas.
—Y oye bien lo que te digo, murriano. Tengo más de
una buena razón para querer llegar a Oquadé. (....................) ¿cómo podría curarme, amigo
mío? Soy un lobo hambriento que (......), soy un lobo que llora y ríe cada
noche.
El hombre
rojo emitió un aullido que acabó en una larga canción de risas y sollozos.
—Creo que si fuera lobo en estas tierras —El
murriano tenía los dos ojos abiertos y sonreía, a pesar del dolor de la
herida—, al oír el estertor de tus carcajadas procuraría no asomar la cabeza
por aquí.
El hombre rojo respondió con otra sonora risotada.
Exhortó a los renos en su lengua arcaica.
—Murriano. Las estrellas nos siguen y nos envidian.
Llegaremos a Oquadé. Y lo haremos los dos, vivos.
Siguieron adelante. No había más remedio. Debían
avisar al resto de la tropa de que los sufones volvían, que esta vez ni un
milagro los salvaría.
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Mercenarios, by Igor. |
¿Entonces ya tenemos Vamurta también en papel? Bueno es saberlo, y ¡enhorabuena!
ResponderEliminarPor cierto, no me voy a leer ningún avance, aunque no sé si podré resistirme, y más que nada porque yo ando metido en la primera parte otra vez y no quiero destriparme la historia ¬¬
Un abraçada Lluís!
Dissortat, totalmente comprensible. Es lo malo de los avances de libros, que pueden fastidiarte un poco la fiesta. Por eso van a ser en cuentagotas y milimetrados. También pueden animar a que la gente opte por el libro.
ResponderEliminarFins aviat, Dissortat.
Andaaaa, que notición!!!! Muchas felicidades. Un besazo.
ResponderEliminarEstupenda noticia compañero, enhorabuena y feliz puente.
ResponderEliminarSí, buenas noticias. El segundo libro cierra la historia. Gracias, Pedro.
ResponderEliminarVaya avance, buf. Tiene ímpetu y misterio. Y un nuevo aroma.
ResponderEliminarTodavía no la he atacado por un atasco monumental. Enhorabuena por sacarla también en papel.
Siiií, un nuevo aroma. Creo haber conseguido una leve diferencia entre los dos libros de Vamurta. Espero que pases un gran rato leyendo el libro.
EliminarUn abrazo.
Ay, la necesito!!!!
ResponderEliminarTE escribo un mail
Ya está el libro en papel, formato tapa blanda.
ResponderEliminarY que descansado que me quedo. Ha sido un quebradero de cabeza.
Saludos.