Bueno, ahí va otro poema, el de un Paseo Nocturno. Parece que bajo la lluvia, de noche, la mente trabaja de otra manera. Y más si vas solo. Se produce como una relajación de todo que de algún modo te conecta, ¡oh rara vez!, con el mundo. Es una poesía del presente, en realidad.
Éste es otro de los poemas de mi primer libro
de poesías en catalán, 4 Patis, que
más que traducir he remasterizado para publicar aquí en castellano, en un
ejercicio bastante divertido sino pretendes ser literal y juegas, como un niño
lo haría, con el lenguaje.
Paseo
Nocturno
Vestido con aguas de noche,
vuelvo a casa.
No más que una aguja,
constante baja la lluvia.
Quietud, toda la avenida,
la noche es la llanura
de los labios de la luna,
de los árboles dormidos.
Avanzo en la ansiedad,
charcos con memoria
pintarrajeados con preguntas.
Medianoche sin hombres,
medianoche sin dioses.
Quisiera entender pero sé
que me alejo de la piedra.
Me espera una esposa
me espera una hija
desordenando la larga
trenza de los días.
Atrás, impacientes
muchas muertes esperan
cada una con un ramo
de color cansancio
que no se dice.
Siento el beso del cielo
subiendo por la avenida,
canto despacio a la lluvia.
Lo que sé es poco
y poco me dice,
lo que creo que es
me enturbia la vista.
Leve como esta lluvia
las uñas del aire
me perfilan.
Dame, dame un nuevo rostro
esta noche. En la negrura
sin forma, con harapos de plata
sin forma, con harapos de plata
vuelvo a casa.
Passeig Nocturn
Cobert per les aigües
del vespre torno a casa.
Ben bé un cap d’agulla
que trenca mampares,
constant, baixa la pluja.
Quietud a l’avinguda.
La nit és tota plana,
sense la meva veu
escolto els lents batecs
de les pedres mullades.
Avanço encenent
la memòria que llisca
com l’aigua sobre la llosa.
Mitjanit sense homes,
mitjanit sense déus.
Provo d’entendre però
sóc lluny del present.
M’espera la dona,
m’espera la filla
desordenant els jocs
dels seus llargs dies.
Sento el bes del cel
pujant per l’avinguda,
muts, els arbres
gaudeixen.
Lleu com aquesta pluja
les ungles de l’aire
em perfilen, m’esborren.
Dóna’m un nou rostre!
Torno a casa, al vespre.
Poema Nocturno, by Igor K. |
Es curioso, aunque describes la lluvia y los charcos, cuando leo las reflexiones no puedo evitar imaginar la escena en un día de extrema quietud.
ResponderEliminarUn extraño momento de sosiego. Llovía, aunque apenas había brisa. Ahora que ha muerto otro Panero me doy cuenta de lo valiosos que son los momentos serenos. Extrema quietud, sí.
ResponderEliminarSaludos.
A cada verso le acompañaban mis pasos, sentía mi mente, me humedecía la lluvia. El poder percibir tan fisicamente el poema es el mayor logro del autor. Yo lamenté que se acabaran los versos.
ResponderEliminarSi la quietud no es preludio de chaparrón, bienvenida sea, que así estaré más despierto al paso de la vida.
Me gustó y lo disfruté.
Saludos.
Carai, ¡qué bien! Me has animado a hacer más transformaciones de los poemas que tengo en catalán. Que al final, reescritos y traducidos son otra cosa. Éste es el primero de ellos con el que estoy contento, que me resulta más interesante que el poema original.
ResponderEliminarQuietud. Ese debería ser el título del poema.
Saludos.
Jo-der!
ResponderEliminarMe ha flipado. ¿Quietud? Como la rutina misma, como la lluvia en otoño.
Un poco de paz, un poquito, sólo eso...
ResponderEliminar