Fuente: lamentable.org |
Orden judicial en mano, y
con un representante de Bankia al lado, los mossos d’esquadra subieron las
escaleras hasta llegar al tercer piso de aquella vivienda de Nou Barris. Los
fueron sacando a todos con prisas y sin tiempo para cortesías, dejándolos en la
calle, observados por los jubilados que iban congregándose. El niño no paraba de gesticular, señalando su
antiguo hogar. Empezó a gritar. Gritó tanto que un sargento avisó al padre: «o el niño se calla o os venís con nosotros, detenidos». El niño estaba indignado. No le habían dado
tiempo de recoger su cuaderno de matemáticas, con los deberes hechos para el
día siguiente.
Inspirado en el Arte de la
disculpa, un texto que encontré en un libro de texto de mi hija.
El mandato de la aritmética: los números negativos son superiores a los positivos en valor absoluto, provocando un resultado negativo. Y el pobre infante también tendrá que encajar su negativa puntuación al no presentar los deberes. ¿Le comprenderá el profesor?
ResponderEliminarSaludos positivos.
Siguiendo el mandato de la aritmética y teniendo como variables al niño y al profesor... Soy incapaz de saber si el profesor admitirá el deshaucio como disculpa. La realidad sigue tensada como la cuerda de un violín. Muy dura. Aquí hay otro círculo, el cuaderno del niño y el cuaderno de mi hija, aunque de eso me dado cuenta ahora.
EliminarSaludos positivos.
És grotesc, esperpèntic i trist.
ResponderEliminarLa pura realidad. Y va por barrios, a mayor pobreza, más embargos. En fin. ¿Cómo se deben sentir los funcionarios que practican los desahucios?
EliminarReal como la vida misma, con el representante de Bankia y todo, completito.
ResponderEliminarSaludos.
Un pequeño juego, cuando los dineros están en juego, los de arriba olvidan las diferencias: Bankia y Mossos d'Esquadra de la mano.
EliminarSaludos.
Brutal!
ResponderEliminarQuedo estupefacto al saber que se trata de un texto de libro escolar.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Qué clase de profesor tendría en la escuela ese niño para que, de todo lo que deja atrás, lo que le traiga el llanto sean los deberes de Matemáticas?
ResponderEliminarPero igual no es el profesor. Al contrario, pudiera ser que el niño tuviera un alto sentido de la responsabilidad y estuviera muy orgulloso de tener los deberes acabados....
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos jubilados miraban... Con las deudas de vértigo que tenemos muchos, podría decirse que cualquiera de nosotros podría ser el siguiente.
ResponderEliminarSomos mirones y potenciales víctimas. Son otros los que ni serán mirones ni jamás serán víctimas. Atisban signos de recuperación, pero no para mejorar su situación, sino para volver a exprimir la economía inmobiliaria y volver a empezar. Y otra vez la piedra a subirla a las espaldas de Sísifo. No es que no aprendamos, es que forma parte de nuestra esencia.
Bueno, que me desvío. El texto es tragicómico. La palabra indignado es una especie de consigna en el mundo adulto. En esa palabra se encuentra la comprensión de todo un entramado de relaciones en que quedamos aprisionados los mayores. Por eso cuando al niño se le aplica el concepto "indignado", de pronto parece una paradoja o una maldición. El niño indignado es como el niño con pensamiento de hombre. Y un niño debería pensar como tal, y jugar y hacer lo que hacen los de su edad. Pero, claro, no se le deja.
Así, cualquiera puede ser el siguiente, y el proceso es maléfico. Si el banco te desahucia llevan tu piso a subasta, lo mal venden por menos de tu saldo vivo de hipoteca y la diferencia, esto es, mucho te es embargada de tu nómina o ingresos. En la mayoría de los casos significa pagar penalti de por vida.
ResponderEliminarAhí quería ir, a un texto tragicómico. La inocente rebeldía del niño, que reclama en el fondo sus derechos. Los jubilados anodinos, la sociedad, el hecho trágico y cómo los guardianes del sistema, la policía, ejecuta sin miramientos. Qué jodido ser poli y hacer desahucios. En fin, el pan nuestro de cada día.