En las últimas noches vuelvo a viajar a Arrakis. Al desierto profundo de Dune. Bajo las cavernas habitan los Fremen, los adapatativas tribus del desierto cubiertos con sus destiltrajes a fin de ahorrar agua. Furtivos, duros, dotados de un mundo simbólico. No como las Femen, cuyo mensaje está implícito en la cámara que las inmortaliza.
Leí Dune. Ahora retorno, como un buen jedi, a la saga. Normalmente las sagas están compuestas por un buen primer libro. Luego viene el segundo que se sostiene por el primero. Y en el tercero todo se desvanece. En la saga de Dune no. Hablo con gente diversa todos los días y hago la prueba. Mando un señuelo. Un mensaje encriptado y me doy cuenta que nadie o casi nadie recuerda el Dune de Frank Herbert, ahí avanzada la década de los sesenta del siglo pasado. Pura ciencia ficción con aires místicos que lejos de hundir la saga, el lado espiritual la realza. Dune es un prodigio del arte.
También leí el Dubliners de James Joyce. Maldito Joyce. Un maestro retratando historias comunes a través de las cuales retrata y sangra el vacío de la vida, a lo que yo más temo. Nadie como Joyece para dibujar grietas. En fin. Una obra maestra, como Dune, pero de digestión depresiva, al contrario que Dune.
Sé Fremen, amigo mío, amiga mía.
Soy Fremen, amigo mío, por eso escupo en cada contrato, para firmar con mi propia agua.
ResponderEliminarHas vuelto a Dune. Releer, como un ejercicio para precisar el mapa de aquella lejana lectura cuyos contornos se van borrando y rescatar fragmentos que creíamos olvidados o simplemente ni visitamos por las prisas propias de la primera lectura. Somos también nosotros un ejercicio de releernos a nosotros. Vamos completando con nitidez nuestro propio mapa en el que se van cosiendo remiendos hechos de tiempo, lecturas, músicas. Algunos estaban ahí pero ni reparamos porque vivir es ir a toda leche, otras veces sí estaban y ahora los queremos arrancar. Buf, divago.
ResponderEliminarYo solo leí el primero de Dune y me daba auténtico repelús el destiltraje pues, al final, no sabía muy bien qué sustancias, y de qué origen, reabsorbían ahí embutidos los fremen. Esta anotación es una espléndida invitación a releerlo.
Un saludo
ResponderEliminarHola me gustariua que pasaras por mi blog y me comentaras que te parece
gracias
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