Microrrelato Los referentes
Paso los días de agosto en el fondo de una piscina. Cuento hasta un millón, a ver si al volver a la superficie, todo el mundo se ha ido. Volviendo a leer periódicos. Poco los leo. Soy incapaz de recordar alguna de las noticias de la edición de ese mismo diario de hace siete años, por ejemplo. Nada recuerdo. En cambio sí recuerdo haber leído, hará veintidós años, aquella novela de Orwell, 1984. Además, en las novelas se usan las mentiras para decirnos la verdad y en los periódicos se usa la verdad para decirnos mentiras. Cosa que siempre molesta, como esa gente que se esfuerza en convencerte sobre lo muy intensas y divertidas que son sus vacaciones, cuando ya sabes que, sobretodo, han dado vueltas en círculo, aburridos como la pantera de Rilke
Paso los días de agosto en el fondo de una piscina. Cuento hasta un millón, a ver si al volver a la superficie, todo el mundo se ha ido. Volviendo a leer periódicos. Poco los leo. Soy incapaz de recordar alguna de las noticias de la edición de ese mismo diario de hace siete años, por ejemplo. Nada recuerdo. En cambio sí recuerdo haber leído, hará veintidós años, aquella novela de Orwell, 1984. Además, en las novelas se usan las mentiras para decirnos la verdad y en los periódicos se usa la verdad para decirnos mentiras. Cosa que siempre molesta, como esa gente que se esfuerza en convencerte sobre lo muy intensas y divertidas que son sus vacaciones, cuando ya sabes que, sobretodo, han dado vueltas en círculo, aburridos como la pantera de Rilke
«Abro la puerta, salto al espacio», dijo el otro día mi hija, así, de repente y sin anestesia. No. No es así. Abro el periódico, me hundo en la ciénaga. Miro los grandes referentes del país. En orden de importancia son estos: futbolistas y entrenadores (1), modelos y famosas/os (2), cocineros y vendedores de hígados, el suyo y el de los demás. Luego dicen no sé qué de crisis. Me hundo en el fondo de la piscina. No soy buen orador. Cuento hasta un millón.
Pato encerrado, by Irina Kutuzov |
tío, vaya sinergia creativa la tuya y la mía. Hoy también me he dedicado a sumergirme en la piscina y esperar que todo desaparezca. Artículo en mi blog previo, claro.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Lástima que no podamos quedarnos en el fondo de la piscina...
ResponderEliminar;)
Un abrazo!
Empezar y acabar con lo mismo es algo que me encanta. Saltar al espacio, nadar en el espacio, quién pudiera...
ResponderEliminarY la fotografía es preciosa: es de tu hija? De tu mujer?
Mejor volar que sumergirte en la piscina,al menos desde allí arriba puedes ver el maravilloso infinito,ese que no engaña nunca.
ResponderEliminarBesos.
En las novelas se usan las mentiras para decirnos la verdad y en los periódicos se usa la verdad para decirnos mentiras. Esto es MUY grande. Y me ha recordado en cierta forma a algo que leí el otro día en un blog: los mismos políticos que prohíben las corridas de toros son los que nos torean.
ResponderEliminarLLega bien hasta el fondo de la piscina para poder tomar impulso.
En verano, lo mejor que podríamos hacer es vivir en la ignorancia. Ya llegará el frío...
Besos besos
"Además, en las novelas se usan las mentiras para decirnos la verdad y en los periódicos se usa la verdad para decirnos mentiras." Chico, me quito el sombrero. Y me caes los palos del sombrajo. Sí, porque es desalentador, efectivamente.
ResponderEliminarDe todos modos ese "Abro la puerta, salto al espacio", no sé por qué me ha traido a la cabeza la imagen del cartel publicitario de la pelítula Brazil, que no terminé de verla pero cuyas primeras imágenes eran claustrofóbicas. Por eso digo que abro la puerta, salto a donde todo es posible. Cada mañana es posible todo, porque somos nosotros los que la escribimos, y no los referentes de los que hablas. Aunque me surgen dudas, como a ti, al verlos ahí, en los medios, dudas que llevan a la pregunta: ¿tan importantes serán?
Pan y circo
ResponderEliminarMonsieur, interesante reflexión sobre novelas y periódicos, mentiras y verdades. Bueno, siempre nos quedará Orwell, no es así?
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Te dejas sumergir en lo más profundo de tu mente, esta vez nada te retiene. Ni siquiera tu hija y su candor son capaces de hacerte salir de ese estado catatónico de hastío veraniego que todo lo contagia, todo lo contagia, hasta a los inocentes politicos.
ResponderEliminarBravo, Ígor.
Hola Meme, sí la foto es de mi hija. Le vi algo a la instantánea y le di claroscuros. Hay una fragilidad muy humana en es pobre pato encerrado, ¿no?
ResponderEliminarGuillem, ahora voy pallá. A ver eso de que "todo está conectado". POr cierto, vengo de ver Super8, la semana que viene la comento.
Saludos.
Morgana, el otro día vi el infinito en la montaña, noche estrellada. Qué hermosura y qué vértigo.
ResponderEliminarAurora, lo de los políticos es un problema grave: no robes, nos dicen. En España, el que no roba es porque no puede. Yo no dijo nada porque no hago casi nada para mejorar las cosas. Nos torean, y de qué manera.
Al leer esto me doy cuenta de que a pesar de la distancia, nuestros paises atraviesan por crisis similares. Lamentablemente los periodicos buscan vender y, por lo visto, lo que a la gente le interesa, es decir, a las masas, es esa serie de estupideces que mencionas. Culpar al modelo educativo ya es caer en la obviedad, pero es lo que es.
ResponderEliminarComo decía alguien más arriba, siempre nos quedaran los libros.
Saludos!
Ostia, Kensan, ¿sabes qué he recordado? Un reportaje sobre China. Durante años dejaron de invertir en lo militar, en sanidad, en infraestructuras. En lo único que invertían era en educación. Aunque aquello se parece mucho a la esclavitud. O sin el mucho.
ResponderEliminarSaludos.
dafd, pues tus palabras dan muchos ánimos y realmente señalan algo muy importante: de repente cosas como "los mercados" o "agencias de calificación de riegos" cobran una importancia que no tenían antes. Sí, cada mañana es todo posible, otra vez y otra.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Nos ahogamos más dentro o fuera de la piscina?
ResponderEliminarJa, ja. Genial, Dissortat, Gran Dilema.
ResponderEliminarCruda realidad que nos plasmas con suavidad. Deambulaba por aquí y por tus poemas en catalán -que menos mal que existe el traductor de google. xD- y esta entrada me ha gustado bastante. Reflexiono sobre lo que ha dicho Dissortat...
ResponderEliminarOstia, qué fuerte. No había caído en los del traductor google, probaré a ver qué pasa. Ay, Dissortat es un sabio.
ResponderEliminarSaludos.
Tal y como queda reflejado en "Medianoche en París", siempre que nos encontramos en la época presente, anhelamos y decimos que lo pasado fue mejor, que ya nada es como era, que todo ha cambiado y nunca volverá a ser igual. Pero, amigo Igor, ¿no deberíamos considerarnos afortunados por ser como somos nosotros? Ya sabes, somos muchas ratas en el mundo, solo hay que buscarlas porque hacen menos ruido.
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