El conjuro
TAONOS (XIV)
Relatos de fantasía online
14 de19
La señora soltó una carcajada que heló los corazones de los hombres. «¡Estúpido!», repitió. Sus pupilas parecían arder y su melena brillaba como si sus cabellos tuvieran luz propia. «¡A vosotros os condeno al infierno!». Levantó los brazos hacia el cielo y profirió palabras extrañas. Ciros la miraba. Se había transformado en una llama blanca sobre las rocas. Cuando su figura volvió a ser visible, señaló con ambos manos en dirección a las cascadas y pronunció un último conjuro. Un terremoto sacudió el lugar e hizo temblar a hombres y rocas. Pareció que la tierra se fuera a resquebrajar, cuando por las Gargantas apareció un alud de agua, barro y grandes piedras, que se desplomó por la vertical de la caída y descendió por el cauce del río, barriéndolo todo a su paso.
El veguer de la Marca Sur presenció cómo los suyos desaparecían en un abrir y cerrar de ojos bajo aquel furioso aluvión. Con lágrimas brotando de sus ojos, levantó la vista y vio a aquella diosa del norte que lo contemplaba, desdeñosa, desde el risco. Aresha lo señaló y los salvajes empezaron a descender del paso y a salir de los bosques, al otro lado del cauce.
Sólo contaba con la retaguardia. Imposible contenerlos. Preso de una súbita impotencia, recogió y lanzó un puñado de tierra contra la crecida que se había llevado al grueso del ejército y, a la vez, los salvaba del ataque de los montañeses. Un puñado de tierra contra unas fuerzas que desconocía.
—Todo lo que no sea comida, agua y armas, ¡al suelo! —ordenó con voz imperiosa—. ¡Todo! Debemos ser ligeros como las gacelas del sur, vamos.
Quedan 5 fragmentos para el final.
Madre mía, monsieur, yo creo que lo tiene muy mal. No sé cómo va a salir de esta, por mucho que deje todo atrás. Tendrá que ser muy rápido.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Qué fuerte. Y ahora qué. Esta señora parece Moisés, luchando contra natura. Ahora, a esperar la próxima entrega. Un abrazo
ResponderEliminarPues no habrá que esperar mucho, el miércoles, otro fragmento corto, que se lee en nada. Y el viernes otro.
ResponderEliminarCon el ánimo de ser ligero.
Saludos.
Estos fragmentos me recuerdan constantemente el ambiente de la novela y sus personajes. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya, que problemón. El agua en desbordamiento salvaje es lo más aterrador que puede existir, he imaginado vivamente como se deshacía de miles de hombres sin dejar ni huella. Pero ahora quiero saber que va a pasar, ¡ya! :)
ResponderEliminarUn saludo :)
Joé. En un segundo se acaba con medio ejército. Y ahora al veguer le toca retirarse con orden.
ResponderEliminar