Diosa del tiempo. By Igor. |
Es el tiempo la gran trampa y la
regla. Es un dios inapelable durante un partido de básquet. Se desvanece antes
y durante el orgasmo, pasa el doble de rápido mientras devoro el pastel de
manzana bañado en crema inglesa que hornea mi madre y se alarga hasta la
agonía, ralentizado, mientras se hace cola para solicitar un certificado de
colindancia prorrateada para sufragar la itinerante supletoria onceava ante un
mostrador de la sempiterna Hacienda Pública, que como bien saben ustedes, tiene
dos puertas distintas. La suya y la del señor Botín.
Escalas del tiempo. By Igor. |
Del tiempo todos hablan, y los
grandes músicos también. Decían los Rolling Stones “Time is on my side”, croaban los Radio Futura, estáticos, en un “Jardín Botánico” en el que se esperaba
sin razón, casi como en los cuentos de Borges, y Stevie Wonder entendía que un
amante lo puede ser a “tiempo parcial”, como los mini-empleos de hoy. Incluso los
mismísimos Depeche Mode se dieron cuenta de este río sin fin en “A cuestion of time”. Quizá Lou Reed, en
su álbum New York tenía razón al señalar que:
This is no time for phony rhetoric
This is no time for
political speech
This is a time for
action
Because the future's
within reach.
Pero, claro, eso el tiempo a
escala humana. Está el tiempo de la hormiga tozuda y el tiempo de la pantera
nebulosa, capaz de esperar la presa sin tiempo. Ese gran gato que habita en los
árboles, como aquel enorme Barón Rampante de
Italo Calvino.
Y luego está el tiempo geológico.
El de las piedras, para el que el hombre es un breve accidente. Para intentar
entenderlo, dejé esto escrito en un papelote hace billones de años durante un
verano en Burgo de Osma.
Se alejó sin razones impulsado por el azar de aquel mediodía severo, desparramándose sobre los montes áridos de los valles de Castilla. En comunión, sumergido entre lomas duras, en paz sobre la tierra seca. Sin razones se agachó para levantar una vulgar piedra —color cobre, el tacto poroso—, entre otras muchas otras que rondaban cerca de sus pies. Palpó aquella piedra sin número, quién sabe cuánto tiempo hacía que rodaba metro arriba, metro abajo. Quizá no habían hombres, quizá no habían mares. Tiempos de piedra y cielo.La mujer con los niños jugando cerca del estanque. La dama hizo una señal, sonriendo bajo el martillo de luz. Los pequeños corrieron hacia ella. Era tiempo de marcharse. El hombre se guardó aquella piedra en el bolsillo y dejó escapar un suspiro completo.
¿Les apetece un sorbete de tecno?
Magnífico, monsieur! Tanto el relato como su introducción. Digno de su hábil pluma todo ello.
ResponderEliminarFeliz día
Bisous
El tiempo circular de Nietzche, el eterno retorno, si no aprendemos de los errores , quizás estemos condenados a repetirlos..
ResponderEliminarsaludos
Muy bueno Igor, excelente exposición temporal. Desde la primera hasta la última sílaba. El estilo, pasando de la reflexíón filosófica a la musical y acabando con la literaria, así, todo entremezclado.
ResponderEliminarBuen fin de semana!
Quizá seamos como gotas de agua y acabemos en al algún mar o evaporizadas para volver a empezar.
ResponderEliminarSaludos.
¡Ah, el tiempo! Escribió Antonio Gala: "Para la rosa, el jardinero que la cuida es eterno, para el jardín efímero" No sé si se puede decir más para comprenderlo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Últimamente a veces cuentas unas cosas, que o yo estoy muy cansada y mis neuronas se fueron de paseo, o es que no entiendo jejejeje.
ResponderEliminar"certificado de colindancia prorrateada para sufragar la itinerante supletoria onceava ante un mostrador de la sempiterna Hacienda Pública"
Ya se, lo hiciste a proposito para despertarme jejejeje
Un besazo.
Tus escalas de tiempo se parecen a un lienzo que una diosa urde con hilos de reconfortadora lana, o de goma elástica, inevitablemente también de doloroso esparto, y, cómo no, de alambre, duro y amordazador. Unos más largos, otros menos.
ResponderEliminarY allí está nuestro hombre, en El Burgo, cogiendo una piedra eterna..., y ya es tiempo de marcharse. Todo ha sido tan fugaz que da vértigo.
Me ha dado vértigo tu anotación de hoy, Igor, y me ha gustado mucho (también la canción)
Se podría discutir, y sería una buena discusión, si son mejores mis entradas o tus comentarios. Esto de los hilos, los materiales, el tiempo y los dioses daría para un poema, ¡agggg!
ResponderEliminarEn el Burgo de Osma flipé con la catedral, de mil estilos y muescas arábigas. Da vértigo el tiempo. No sé si tienes hijos. Ellos acrecientan la sensación del paso del tiempo. Y luego, el otro tiempo. El geológico. Nos creemos el centro del mundo. En realidad somos breves seres sobrevalorados.
Saludos. ¡Arriba Depeche!
"No sé si tienes hijos". No. Esa sensación de aceleración del tiempo me la pierdo.
EliminarCasualidades de la vida, la tarde me ha sorprendido pensando en el tiempo. El tiempo como obsesión. El tiempo como medida. El tiempo como convención. Hermoso relato. Y sí, me gusta el sorbete de tecno. De nuevo, gracias
ResponderEliminarTus renglones condensan, en "tiempo", mucho pensamiento.
ResponderEliminarEs una reflexión que jamás se agota: ¿cuándo el tiempo no era? ¿dejará de serlo algún día? Porque ¿si nada existiese, existiría el tiempo que no necesita de nada que lo sustente?
Un abrazo.
Experimentos de tiempo: toma una foto de un niño y envejecelo con software de progresion de edad, luego convence al niño de que en un futuro viajara al pasado para hacerse esa fotografia
ResponderEliminar2.- haz videos con distintas posturas acerca de un tema o asunto familiar, luego hazte una operacion en el rostro, cuando el asunto suceda toma el video en que decribes lo que sucede para que parezca que lo habias predicho
Pensar mucho en el tiempo me marea, me invade una sensación de urgencia y me quedo bloqueado.
ResponderEliminarBuenas reflexiones, y espero que no pierdas esos "papelotes", están muy bien.
Un saludo.
Gran post. Igor, malas noticias: el viaje a Barcelona para el próximo fin de semana ha tenido que ser cancelado por enfado gigantesco con la chica acompañante en cuestión. Perdona semejante insolencia, que más me jode a mí, creéme :(
ResponderEliminarPues mira, hoy de camino al judo me he acordado de ti. Pero bueno, ¡no te agobies! Ninguno de los dos estamos muertos, que yo sepa, así que ya habrán más oportunidades. Yo la verdad, con una cerveza y un poco de conversación ya estoy más que feliz.
ResponderEliminarUn abrazo.
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