22 may 2013

De políticos y animales. Un cuento de humor terrorífico.


relatos humor terroríficos
La política se parece al mundo de Mouseland. Ver a la mujer pájaro, Maria Anubis Fernández de la Vega, constituye un espectáculo en sí mismo. Llega, con ligeros pasos de flamíngo, a la rueda de prensa del gobierno que el viento se llevó. Antes de tomar asiento, la vice me maravilla con sus ropajes almodovarianos. ¡Pero hombre! Que la movida madrileña hace 30 años que finiquitó, ¡qué hace, señora! Imagino los combates de boxeo con los asesores desesperados de imagen. Tensión, sudoración, largas esperas para verla así. Luego, va y se planta ante los micrófonos como lo haría una grácil gacela frente a una hoja tierna. Y habla. Habla pero yo no escucho su rumba jesuítica.
Mi mirada se centra en su pelo de avestruz de alatriste. ¡Ah! ¿Qué hacer?, diría Lenin, y los Barricada añadirían aquello de “No sé qué hacer contigo” si tu peluquero es tu peor enemigo.

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De mi íntimo Rajoy diré poco porque es mejor si Él es breve, como Pipín. Sus ademanes naturales me recuerdan a un perezoso colgado en la infinita selva frente a la kenfolletiana crisis sin fin. Si se pone de pie sin darse un traspié (ah, no, ese era el elefante), me viene a la cabeza un oso panda. Enfurecido no, pastando en un bosque feliz, voraz sí, recortando y devorando todas las hojas de bambú de los fondos públicos sin inquietud. ¡Oh, gran Rajoy de las canas tintadas! ¿Dimitirá si la tía de riesgo gana peso? ¿Quién me dejo del Congreso? Por allí corretea la pequeña con mentón de jabata que es Soraya, de gesto agreste y labios enrabietados, Durán de ojos de marsupial que nunca deja de atender a las damas, el ortodoxo Llamazares perdido en los pastizales de una izquierda que se fue, el Triadú que se marchó para volver y que recuerda al Porco Rosso pero sin su vino de Corfú ni su épica de avioneta. Tanto me dejo que quizá me anime a hacer otro escrito.
Observo la clase política, que debe ser lo mejor de un país, y no dejo de pensar en si son un reflejo del ganado o son reses escogidas al azar o animales votados por otros animales. En cualquier caso, en esta granja orwelliana que es el Congreso de los Diputados, el precio de libra de carne no deja de bajar en paralelo a la densidad de los circuitos neuronales, emocionales y éticos de sus señorías. Ellos somos nosotros. ¿Ellos son lo mejor de nosotros? Esto es un cuento de humor terrorífico.

¡SEAN BIENVENIDAS E IDOS A MOUSELAND!



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13 comentarios:

  1. No es un poco ingenuo creer que la clase politica ha de ser lo mejor de un pais? Despues de todo, les pedimos una responsabilidad considerable. Despues, como pasa con los entrenadores de futbol, en la barra del bar/Facebook todos somos mejores que ellos. Siempre nos parece que cobran demasiado, pero eso no quita que esperemos que una vez que salen elegidos dejen lo que llevaban haciendo hasta entonces por un contrato de cuatro años maximo. Con esas condiciones, los que acaban en esos puestos no pueden ser elite precisamente.

    Es la pescadilla que se muerde la cola. Hasta que los de abajo no aprendamos a admirar la vocacion de servicio, nadie que la tenga se va a ver adecuadamente compensado por estar arriba.

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  2. Eso es lo que diferencia las sociedades avanzadas, las que tiran y progresan, de las mediocres. Entre otras muchas otras cosas, claro está. La idea de "comunidad", de lo que haces en favor de todos que a la vez va a tu favor. ¿Cómo conseguirlo? Nos falta un poquito y no sólo en los landers peninsualres. Tú sabes que no eres igual. Que no tienes los mismos derechos. Además, súmale que los que se quejan tanto de la corrupción luego no declaran el IVA, se ahorran por aquí, por allá- Todo eso me recuerda un libro: El Buscón de Quevedo.
    En la barra del bar de Facebook todos somos seleccionadores y presidentes. Y más guapos, porque no mostramos las fotos en que salimos feotes. Nos mostramos mejores.
    Y hablando de mejores, los políticos deberáin serlo. Está claro que no, pero sí son un reflejo del resto, ¡o eso creo! ¡que no estoy seguro de nada!
    Saludos.

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    1. Si, pero no sólo fallamos en eso. Fíjate en la imagen que la sociedad crea de otras profesiones vocacionales: médicos (arrogantes), curas (fachas), militares (asesinos). Y eso, a pesar de que la gran mayoría no conoce a nadie de esas profesiones (excepto al médico de cabecera, con el que no entabla conversación). Si trabajas en algo que exige un sacrificio por el bien común (mínimo de diez años de formación, renunciar a crear tu propia familia, ofrecer tu vida en una profesión sin sindicato y con guardias no remuneradas respectivamente), eres sospechoso. No es sólo que seamos pillos, es que intentamos hundir a los que no lo son.
      Si no te fías de alguien, das pie a que pueda engañarte sin remordimientos.

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    2. Te veo enfadada. Los médicos en parte están en la picota por sus propios actos. He visto de todo. Mi doctora de cabecera es una profesional estupenda y la pediatra de mi hija una auténtica fuera de serie. De los curas, bueno. Y de los militares lo que me sabe mal es que estén en misiones en las que no sé ver qué utilidad real tienen. Y se la juegan.
      En los grandes colectivos se puede encontrar una buena muestra de nuestra sociedad y, al final, sólo se puede hablar de personas.
      En lo que estoy muy de acuerdo es en la poca valoración que les damos a los honrados, abnegados y fieles servidores del bien común, que los hay, afortunadamente. En eso fallamos casi todos.
      Saludos en viernes para Miércoles-

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    3. Que va, era por ilustrar con ejemplos.

      De los ejemplos que puse creo que el de los médicos es el menos homogéneo, supongo que por el tamaño. Hay un blog llamado "el lanzallamas" que está escrito por un radioncólogo que te da la razón.

      Los curas también se la juegan, ayudando a marginados que no siempre lo saben agradecer y/o en misiones. Muchos se quedan en parroquias tranquilas pero, como en el caso de los militares, han hecho una promesa de servicio que implica que su situación es reversible en cualquier momento. Cada colectivo tiene de todo, pero dentro de unos parámetros. La formación marca.

      Hace tiempo que oí una fábula que define lo que decimos. Un cliente va a una pescadería y ve dos cestas de gambas. Una está tapada, la otra no. Pregunta, y el pescadero le dice que unas son americanas y las otras españolas. Ante la perplejidad del cliente, explica:
      "Las americanas las tapo porque se escapan. Con las españolas no tengo ese problema porque cuando una se acerca al borde, el resto tiran para que vuelva a bajar".

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    4. Ah, eso es verdad, por lo que me han dicho. Una amiga, muy de izquierdas y atea, me confesó que pasó verguenza en la fiesta de una ONG en una embajada francesa en un país africano. En cambio, decía ella, "las monjas son muy austeras". Cáritas funciona bien, por lo que oigo. Al menos en eso la Iglesia no vive en otro paralelo.
      De los militares. Bueno. La peligrosísima misión en Mostar tenía mucho sentido: nos jugábamos Europa. No sé si se consiguió. La de Somalia, qué remedio. Las otras son discutibles (Líbano, Afganistán, intervención en Libia). Está claro que obedecen órdenes, pero si te juegas la vida al final debe tener un sentido.
      Las gambas, ja, ja, ja. Pues algo de eso hay. España parece anclada en la nada: ni es suficientemente barata para fabricar ni suficientemente tecnológica para crear valor añadido. ¡Que no llueva mucho este verano!

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  3. Ellos somos nosotros, estoy convencido. Un reflejo de nuestra sociedad, una muestra de la población a la que representan. Y esto es lo conmovedor. Los de arriban omiten el respeto a los de abajo y viceversa. Se necesita un gran golpe energético (formación, entusiasmo, honradez, coraje) que nos permita cambiar la órbita del movimiento en el que nos movemos.
    Gatos blancos, gatos negros... todos maullan igual y todos dan zarpadas. ¡Qué desolador panorama!
    Un abrazo.

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    1. Y tiempo. Me ha gustado lo del golpe energético. No creía mucho en mi generación hasta que empecé a ver movilizaciones en las que no participo. Aunque esas movilizaciones sean más de generaciones anteriores. La generación Nirvana se ha quedado estancada en el ensimismamiento.
      Pruebo, en mi pequeña parecela, de hacer cambios. Esto es, hacer las cosas bien. A lo mejor muchos pequeños cambios...
      Saludos.

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  4. Vengo a dejarte mi saludo y a decirte que tengo un sorteo en mi blog, échale un vistazo, siempre viene bien un libro gratis no?. Un besazo.

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  5. Ja, ja, y más ahora. Los libros gratis son un regalo. Me lo miro. Saludos.

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  6. "Ellos somos nosotros". Así lo veo yo también. Si nuestros políticos son lo que son es porque son un reflejo de nosotros.

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  7. Muy interesante y divertido el video.

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  8. Caramba, los políticos son un reflejo de la sociedad. Ahora que están en campaña lo veo cada vez más claro....

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