Estas son las correrías de
Antigua Vamurta, el libro que he publicado, desde el principio de la creación
hasta fecha de hoy. Este es un artículo que me pidieron en Stardust hace algún
tiempo y he retocado con lo que hoy sé e intenta responder a la siguiente
pregunta: ¿mejor publicar en papel o en ebook? Por si a alguien le sirve de
algo, dejo esta historieta de la historia.
En el diván. Paso 1.
En el año 2000 y pico acabé el primer libro de Antigua Vamurta. La
escribí en catalán y la envié a editoriales en esta lengua. Tras el rechazo, o
más bien el silencio de treinta y tantas editoriales, me sentí como un Quijote
más ante los molinos acallados. ¿Qué hacer? Decidí publicar la novela montando
una página web, gratuitamente. Para ampliar horizontes la traduje al castellano
en un rarísimo ejercicio que no sé si recomendar. No sólo eso, también la
amplié, mejoré e inventé nuevos personajes, comos Dasteo. Caramba, ya la tenía
montada.
Por los campos de Castilla.
Paso 2.
Levanté una web. Quería hacerlo bien, pagué un buen dinero a un
diseñador, contraté un espacio en una afamada y cara empresa de alojamiento,
pillé un dominio, vamurta.com, y me lancé. Aquello, creo, tuvo un cierto éxito.
Con media novela publicada online me adentré en el laberíntico mundo
de los foros. Quería dar a conocer mi trabajo y compartirlo. En los foros
acabas, con muy honrosas excepciones, sintiéndote como Machado cantando con
áridas melodías en los campos de Castilla. Hablando solo, hablando en un páramo
inmenso que te devuelve tu propia voz. O eso o te matas a ser activo. Aunque
también es cierto que en Foros conocí a gente increíble, generosa y muy
literaria. Gente de la que aprendí, y que en momentos de muchas dudas su apoyo
y consejo fue crucial para no tirar la toalla y dedicarme a vender frankfurts
por las calles empujando un carrito, como el amigo Ignatius
Reilly.
Cambio de tercio. Paso 3
En un par de foros me llegaron mensajes privados, que más o menos
decían: «pero qué haces, desgraciado,
envía esto a una editorial». Y así lo hice. La envié a 15 editoriales de
género y, con muchos retrasos, tres se interesaron vivamente por publicar la
novela.
La página web que monté no pude seguir manteniéndola. Demasiado cara.
Al dejar de pagar el dominio, éste fue vendido por la empresa de hosting (aunque
desistieron y hace unos días conseguí recomprar el dominio). Decidí echar el
freno de mano, montar un blog (es gratis) y enviar la novela, como he dicho, a
las editoriales convencionales. A probar suerte, guardándome la opción de
volver a publicar online.
¡Oh, Dios Mío! Paso 4
Sorpresa, una de las editoriales que se habían interesado dio el paso
de firmar contrato. La editorial más rápida fue Grupo AJEC, con quien publiqué,
y como algunos de ustedes saben, las cosas iban como la España de Aznar “va
bien”, hasta que como la España de Aznar y Zapatero, la editorial entró en
quiebra sin pagar a nadie.
Mientras, el blog empezaba a hacer chup-chup como un caldo que
necesita horas (léase años) para entrar en ebullición. En Internet es muy viva
la sobreinformación, la sobreoferta. Es como un bazar enloquecido donde entras
para comprar unos calcetines y sales con un par de botas para ir a pescar
truchas, sin ser capaz de entender qué ha pasado exactamente. Sacar un poco la
cabecita requiere de un trabajo hercúleo. Los blogs sólo son recomendables si
has decidido no ver más televisión. Devoran el tiempo como una termita
insaciable del tamaño de un elefante.
3, 2, 1… Inyección. Paso 5.
El primer libro de Antigua Vamurta vio la luz, felizmente, el mes de
octubre de 2011. Empezó vendiéndose sorprendentemente bien, ¡hasta demasiado
bien!, durante un mes y medio. La gente que esperaba el libro lo compró. Y
otros, pues estaba bien expuesto como novedad.
Luego, empezaron a llegar las buenas críticas. Y luego, el olvido. El
gélido olvido. Descabalgado el libro de las novedades, desconocido para el gran
público, los restos de la primera edición se esconden en estanterías de grandes
almacenes y librerías. Llegaron otras novedades, pidiendo su sitio. El libro en
formato ebook sigue allí, vendiéndose más o menos. Más tarde llegaría el golpe
de gracia, la quiebra de la editorial que publicó el libro, como ya he
mencionado.
Fin del cuento. Paso 6.
Dos años después, a finales de 2013, y meses después de haber
publicado el segundo libro de Antigua Vamurta con el final de la historia,
intento responder a esta pregunta: ¿contento con el libro en papel? Mucho. Una
gran satisfacción personal que dudo, hubiera sido tan grande publicando mediante
una web. Pero-pero-pero no pagué de mi bolsillo esa edición en papel.
Grandes plataformas de ebooks han desembarcado o se están
desarrollando en España, cambiando el panorama con la eclosión, ahora sí, de
los ebooks. Hoy, más que ayer, es una
opción. Y una opción con escaso riesgo, sin coste al lado de autopublicar en
papel. Y, por si algún escritor ilusionado lo considera, nunca pagues por
publicar. Me refiero a las editoriales de copago que son parásitos que viven de
las fantasías del autor.
El futuro es en formato de libro electrónico, no hay duda. Aparto mis
preferencias personales por el papel y veo un futuro absolutamente epub, pdf o
kindle. ¿Alguien quiere una prueba? Sólo hay que hacer un par de viajes en
metro. En el vagón el papel está en franca minoría, además de ser más caro.
A estas alturas y tras toda esta odisea, opino que el mejor camino
para empezar una aventura literaria es mediante Internet. Acaso navegar en
ambos ríos, pero si no tienes dinero para arriesgar, bienvenido al universo de
los ebooks, que creo yo, se adapta mejor a las novelas de 200 páginas que a las
largas novelas. En el artículo original de Satrdust (Artículo Original)
decía que no lo tenía claro. Ha
pasado el tiempo y ahora sí que lo veo con mayor claridad. Adiós al papel,
adiós a la industria tradicional, adiós al ayer que, a pesar de los excesos,
tenía cosas muy positivas. El futuro, como la vida, siempre es incierto.
Sens dubte aquest trajecte de penes i alegries t’ha fet canviar com a Serlan d’Enroc el va fer canviar el seu periple. Si no vaig errat, heu portat, tots dos, camins paral•lels.
ResponderEliminarUna abraçada, i gràcies per continuar lluitant pel que creus, sense defallir i oferrir-nos el que portes dins.
Qué interesante que cuentes tu peripecia Igor, una auténtica odisea con algo de mala suerte incluida al quebrar esa editorial. Realmente difícil.
ResponderEliminarBueno, como Serlan De Enroc pero mucho más lento. Sigo en el laberinto de las ruinas de esta crisis. Espero que estos comentarios sobre esta odisea de autopublicar sirvan de algo a alguien que quiera emprender el mismo camino.
ResponderEliminarEs curioso, uno de mis poetas preferidos, Cirlot, autopublicó gran parte de su obra poética. No sé si todos los libros pero sí muchos. Hoy, ebook mediante, es más fácil. Y más difícil, porque hay muchos más.
Saludos.
Muy interesante Igor, especialmente ahora que me estoy planteándome seriamente reunir mis mejores relatos en una antología. Creo que una buena opción sería ponerla en amazon mientras la envío a que haga la siempre larga ronda de editoriales. ¿Qué opinas?
ResponderEliminarSaludos.
Opino que me descargaré tu libro de relatos y hasta echaré algún cigarrillo mientras los paladeo.
ResponderEliminarMe parece totalmente compatible salir en Amazon y otros portales y enviar un manuscrito a las editoriales. Para escritores sin chapa lo importante es ser capaz de llegar al público. Y los caminos no son infinitos. En mi opinión, totalmente compatible. Eso sí, autopublicar significa invertir, gastar, malgastar, malbaratar muchas horas para que el libro suene un poquito. Yo uso la red. Hay gente que opta por presentaciones, lecturas, contactos, etc. Todos los caminos son buenos, creo.
De hecho, si consigues un cierto éxito publicando por tu cuenta te será más fácil ser escuchado por editoriales, o eso creo.
Saludos.
¿Y qué hay de los concursos? Me parece recordar que así fue como consiguió entrar en el mundo editorial Manuel Rivas. Supongo que tienen mucho de lotería, pero en el arte tengo la impresión de que todo lo tiene.
EliminarLo malo del e-book es que en épocas como esta no lo puedes poner debajo del árbol. La ventaja es que siempre sigue ahí, dispuesto a ser resucitado en el momento que se pueda. Nada lo deteriora. No coge polvo. Supongo que quizá por eso, a diferencia de lo que se ve en las listas delos más vendidos, las compras de tu libro sí son un reflejo de las lecturas.
Miércoles, es bien conocido que no todos los concursos literarios son transparentes, pero me consta que algunos sí lo son. Es una asignatura pendiente que tengo. No hago nada, no me presento a nada. Algo de dejadez sí hay en ello, me lo tengo que replantear.
EliminarNo sabía lo de Manuel Rivas. Bueno, al fin y al cabo Ted Hughes emergió en un concurso de poesía.
Es verdad, el ebook está ahí, disponible, listo para ser destripado. Es una gran ventaja.
Saludos.
Muy interesante, Igor. Una experiencia tan personal como, lamentablemente, común. Es cierto que en estos últimos años la autopublicación ha pasado de ser una soberana locura, ya que se hacía en papel a costa del propio bolsillo y con los medios que cada uno tuviera para publicitarse (que es, así están las cosas, el verdadero dragón), a auparse como alternativa muy deseable. Todo gracias al formato digital. Los precios bajan, tienes muchísimo más control sobre tu obra (bueno, todo el control), se mantiene durante más tiempo como novedad y publicitarla es muchísimo más cómodo.
ResponderEliminarDa que pensar, desde luego. Las editoriales verán un desastre esto de los libros digitales, pero para los que no estamos podridos de dinero, sinceramente, creo que es una muy buena oportunidad.
¿Cómo era aquello? Agridulce, sí, como los pollos a la salsa de Pekín. Visto en perspectiva, más positiva que negativa. Al fin y al cabo, lo que importa es la obra y no todo lo demás.
ResponderEliminarTotalmente conforme en que antes autopublicar implicaba estar chalado y ahora es un opción recomendable sí no eres Belén Estaban (y nos decían que la telebasura era por oferta y no demanda. Gracias Belén, me has resuelto el dilema). Y todo gracias a los ebooks y a las plataformas.
Las editoriales. Caerán algunas más y las que queden pasarán de ser dinosaurios a ser mamíferos. Está escrito.
Es una oportunidad, autopublicar, que antes teníamos casi prohibida. A ver cuando sacas tu libro, Mauro.
Saludos.
Igor, como siempre un gusto leerte de nuevo y ver mis propios sentimientos reflejados y compartidos en tu tan característica pluma. Cierto es, la autopublicación ha abierto muchas ventanas para autores negados e ignorados por las editoriales en no querer dar la oportunidad a jovenes escritores desconocidos. Los libros digitales son una liberación para los autores al punto de ser una verdadera democracia donde cada voz, cada palabra, y cada libro tiene su lugar. Por supuesto en ese preciso momento es donde todo comienza, justamente aquí cuando el autor ya cansado por haber navigado en esa marea tan agitada, comprende que el viaje solamente comienza.
ResponderEliminarSaludos a la distancia!
Exacto, justo cuando crees que ya lo has hecho todo publicando el libro en ebook, te das cuenta de que empieza todo y que hay un largo trecho por recorrer. Es curioso, hoy un autor además de escritor debe ser diseñador, empaquetador, corrector, debe saber coser, ser un genio del márketing, buen marinero en las redes sociales, tener tiempo para ser promotor... En fin. ¡Qué dura es la democracia de la autopublicación!
EliminarSaludos, Edmond.
Vaya odisea. Y vaya perseverancia.
ResponderEliminarLo que pasa es que el libro está bien. Y tenía que ser publicado.