La Sagrada Familia fue obra de un loco llamado Gaudí. Hoy
es un parque temático reventado. Una de las maravillas del mundo ahogada por la muchedumbre. Entiendo la provocativa imagen del artista
chino Ai Weiwei. Entiendo que alguien pueda estar harto de ver fotos de
gente sonriente ante el templo, antes de comerse una hamburguesa sangrante con ketchup
encarnado. Harto, cansado estoy de las hordas de los turistas que impiden con
su presencia la vida normal. Pero, ¿no es acaso la Sagrada Familia un templo?
Un templo, dicen, es la casa de Dios. Allí donde los creyentes, que normalmente
viven cerca, van a rezar. La Sagrada Familia no. El templo inacabado construido
por el dinero extranjero en una ciudad en la que los millonarios lo son cada
vez más. Lo entiendo, Ai Weiwei está harto.
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ResponderEliminarBuf. Tengo que dividirme en dos para asimilar esta anotación. Por una parte no puedo sino anhelar ver la Sagrada Familia. He visitado alguna obra de Gaudí en León, Astorga y Comillas (este verano tuve la oportunidad de ver El Capricho por fin por dentro). Todo es tan extraordinario, tan lleno de detalles valiosos fruto de la cabeza de este hombre que uno se admira de su ingenio y esfuerzo inagotable. Por eso, qué no será la Sagrada Familia.
ResponderEliminarPor otra parte, claro, comentas que los turistas violentan la normalidad. Y aquí es donde me empiezo a sentir culpable. La verdad es que te entiendo perfectamente. Si yo voy allí, lógicamente junto con las manadas de gente atraídas por la magia del templo, voy a llevar el caos y la incomodidad a los que vivís en Barcelona. Y la vida normal ya es por sí sola bastante caótica como para, además, complicarla. El turismo (y confieso que el que yo practico es el típico turismo) tiene esta paradoja. Que alienta el cansancio, la fatiga de los que lo soportan, y la hipocresía de elogiar las virtudes e ignorar los defectos.
Si alguna vez vienes a ver el templo, por favor, avisa. Podemos ir juntos. Yo no he entrado todavía. Dos veces que he querido ir, dos veces que las colas me echaron. Qué mal llevo hacer colas. La obra de Gaudí es una maravilla. Supo, fue capaz, tuvo la visión de tomar la arcilla del mundo y transformarla según los códigos del arte de la arquitectura mirando sin cesar hacia atrás y a los lados, a la naturaleza.
ResponderEliminar¿Quien paga en una ciudad que, a pesar de la crisis, hay miles de Audis Chayene (o Cayén), las obras de la Sagrada Familia? Los turistas. Otra paradoja. No se te ocurra jamás pedirle dinero a un rico sino es para alargar la sombra de su propia vanidad. El mundo es así, lo sé dafd, y lo seguirá siendo.
En fin, si te acercas, me avisas, si te aptecte: igorvamurta@gmail.com, ¡¡te invito a unas cervezas!!