A veces, literatura
incluida, es mejor tomarse las cosas como un juego… Total, para lo que la vida
da de sí… Así, juego con el famoso y clásico microrrelato de Agusto Monterroso
del dinosaurio insistente, introduciendo variaciones a modo de ecuación
matemática y sus variables, cosa que todavía no he conseguido entender desde
mis tiempos de escuela. ¿Qué es “x”?, ¿pero “x” qué significa exactamente?
Variación maléfica:
Cuando el niño despertó,
el asesino todavía estaba allí.
Variación poética:
Cuando el borracho
despertó, el poema todavía estaba allí.
Variación justiciera:
Cuando el juez despertó,
la soga todavía estaba allí.
Variación erótica:
Cuando la joven despertó,
el orgasmo todavía estaba allí.
Como se ve, todo el mundo
puede jugar y podría ser que el juego fuera infinito, como un extraño cuento
laberíntico y circular de Borges.
Ah...
ResponderEliminarQue estamos de elecciones para formar una "nueva comunidad política". Un microrrelato electoral, por qué no.
"Cuando Rajoy despertó, Aznar todavía estaba allí".
Cuando Igor despertó, el libro todavía estaba allí. Y se dijo: he de finalizarte, por tí y por mi. Por ti, porque esa es la ley natural de algo iniciado; por mi, porque yo tampoco estaría pleno dejándote inconcluso. Y Demian sonrió: sabía que así tenía que ser, por imperativo vocacional.
EliminarUn abrazo.
PD.- Comento aquí ya que no me aparece la pestaña de comentarios.
Variante que lo estropea todo:
ResponderEliminar"Cuando despertó, tras una noche toledana en la que el insomnio campó a sus anchas, el dinosaurio, un joven ejemplar de diplodocus cuyos compañeros de especie vivieron en el Jurásico tardío, todavía estaba allí".
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs como las variaciones sobre un tema musical, o como ese peligrosísimo juego de descripciones sobre la nariz al que Cyrano se entrega contra Valvert ("agresivo, si yo tuviese ese templo en mi cara, querría que se me amputara...).
ResponderEliminarExistencial: cuando despertó, seguía siendo él.
Quan va despertar, el seu blog encara era allà.
ResponderEliminarÉs que si algú mai esborra algun blog meu m'agafarà un atac.
Cuando el blogger despertó, el comentario todavía seguía allí.
ResponderEliminar(y otro en clave electoral:)
ResponderEliminarCuando Pedro despertó, el obrero todavía seguía allí.
Me ha picado la curiosidad, y cuando he buscado los microrrelatos más breves en castellano he encontrado uno (aunque resulta muy atrevido calificar esto de relato) de una sola palabra. Se titula Luis XIV y su texto es: Yo.
ResponderEliminarAsí que puestos a jugar: Un blog. Éste.
Un saludo.
Muchas gracias. Y un saludo. El micro del micro... Luis XIV y su "Yo", que podría adaptarse bien a estrellas de cine, algunos futbolistas y hasta algún político. Y... a unos millones de ciudadanos anónimos. "yo-yo-yo-yo-----"
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