Dejo un extracto del artículo del periodista Antoni
Puigvert y el enlace al mismo. Y sí, siempre en los períodos de transición de
un viejo mundo a un nuevo mundo, reaparecen los monstruos, que vivían en estado
latente, como en los Años Oscuros, cuando cayó el Imperio Romano, por poner un
ejemplo. Poco de lo de ayer me va a servir, así que debo comprar gaseosa.
Aquí el enlace: Miedo y Circo. La Vanguardia. . Para pensar un rato.
«Es evidente que la ciudadanía no tiene
conciencia de este contexto severísimo, acostumbrada como está a la información
reactiva y sentimental. Una espiral de emociones rodea a cada noticia trágica
(los atentados de Bruselas, por ejemplo) hasta que es sustituida por una
espiral emotiva de carácter banal (por ejemplo: la muerte de un héroe del
fútbol). Esto explica que los profesionales de la política puedan dedicarse a
la politiquería y a los pactos de feria, sin que se produzca una reacción
cívica de fondo. Ningún clamor social se ha producido en estos meses de
interinidad a favor de un pacto estratégico para hacer frente a los retos
colosales de la realidad.»
Acertado y con mesura. Parece que podía estar de más por la evidencia que expone, pero no: es necesario repetir lo palmario y ser pacientes porque no será suficiente. Cuando caiga el chaparrón y nos pille sin paraguas vendrán los llantos. Habrá que mojarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es lo más real y deprimente que he leído en bastante tiempo. Parece la introducción a un capítulo de Black Mirror.
ResponderEliminarQuizá lo que me molesta de esta situación es que es fácil pensar que la situación la hemos creado nosotros. Se ofrece basura porque se demanda basura. Sin embargo, tengo el recuerdo lejano de cuando el buen periodismo vendía. No es que demandemos sólo basura. Es que, de lo mucho y variado que demandamos, es lo más fácil de producir.
Sí, sí. El artículo es como un despertador que te interrumpe el sueño. Temo que Puigvert acierta. ¿Europa en decadencia? ¿o simplemente atontados?
ResponderEliminarDemián, voy a comprar un paraguas de acero.
Un abrazo.