3 ene 2011

Francisco de Aldana, poeta Divino

espada
He aquí el mejor soneto. El divino. No, y no hablo del divino Tino Casal. Hablo de un poeta enormemente popular en el siglo XVI, admirado por Cervantes y Quevedo, autor de uno de los mejores sonetos que he leído. Un artista olvidado hoy, apodado el Divino, extremeño como Agustín Ostos, ambos amantes de la poesía. Serán esos paisajes, a veces áridos, a veces fértiles, que dibujan esa Extremadura eterna, donde si miras al horizonte, siempre el cielo pesa más que la tierra.

¿Para qué sirve la poesía? Para nada, como el rock, pero yo no sería el mismo sin ellos. Ambos rápidamente fagocitados por el tiempo, como una foto instantánea que se olvida. ¿Para nada? El soneto, Reconocimiento de la vanidad del mundo sí tiene una utilidad de largo recorrido: es un mapa vital, un tesoro que esconde claves y giros verbales para afrontar el vivir sin ahogarse en los mares de la amargura. Y Aldana propone vivir con valentía, como el soldado que fue, «sin que la muerte al ojo estorbo sea».

Su vida fue un frenesí, quizás el hecho de que con 15 años se iniciara su carrera militar facilitó que recorriera media Europa, formándose en Florencia. Partició en varias campañas, destacándose en Sant Quintín y graduándose como general en Flandes.

En los mares bravos de la red, leí este soneto creyendo leer a un contemporáneo. Pensé, “por fin un sonetista, un huracán”. El susto que me llevé cuando descubrí que el poeta llevaba más de cuatro siglos bajo tierra fue enorme. Y es que la buena poesía es eterna, y bella, y feroz hasta parecer una tempestad que se desata. Os dejo el soneto, para ser leído a tumba abierta.

Francisco de Aldana, 432 años después, se puede decir aquello de «mensaje recibido».


La vanidad del mundo.

En fin, en fin, tras tanto andar muriendo,
tras tanto variar vida y destino,
tras tanto de uno en otro desatino
pensar todo apretar, nada cogiendo,

tras tanto acá y allá yendo y viniendo
cual sin aliento inútil peregrino,
¡oh Dios!, tras tanto error del buen camino,
yo mismo de mi mal ministro siendo,

hallo, en fin, que ser muerto en la memoria
del mundo es lo mejor que en él se asconde,
pues es la paga de él muerte y olvido,

y en un rincón vivir con la victoria
de sí, puesto el querer tan sólo adonde
es premio el mismo Dios de lo servido.


Aldana, mucho antes que Camus, Carmen Laforet y Sarte, intuyó la Nada, él que lo tuvo todo, él que vivió intensamente. El poema materializa muy bien esa sensación tan moderna, pero a la vez, da un golpe sobre la mesa. Contra el destino. ¡Gran Aldana!


Share/Bookmark

12 comentarios:

  1. Buena reseña sobre Aldana Igor, me pasa lo mismo con Quevedo que murió hace casi cuatrocientos años y con su estilo ácido, podría escribir en cualquier periodico actual.

    ResponderEliminar
  2. Quevedo es una maravilla, lo pilles por donde lo pilles. Su poesía es brutal y El Buscón, de lo mejor que he leído jamás. ¡Qué exactitud en la lengua!
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Al hilo del citado: Yo no comparto tanta admiración por Quevedo, manque respeto eterno, faltara más. Su precisión, competitividad y alardes a mí me exasperan un poco. Supongo que es cuestión de gustos. En cambio, joder, este poema, aunque clavado y justamente medido me parece justo lo contrario... como bien dices, Igor, muy contemporáneo. Y la reseña, en fin.. un regalazo !
    Un abrazo !

    ResponderEliminar
  4. ¡Arriba la tierra castúa y arriba Antigua Vamurta! Nunca un infierno me puso una cara tan amable.

    Gracias por la reseña, un detallazo que palia mi efusivo orgullo por Sierra Morena, el Valle del Jerte, la Campiña y otros lares que visitados han de ser. Joder, no se me había ocurrido. Igual este galán dejó preñada a alguna moza extremeña y soy el producto de decenas de generaciones entremezclándose. Lo digo porque el poema, madre mía, más existencialismo no puede derramar.

    "hallo, en fin, que ser muerto en la memoria
    del mundo es lo mejor que en él se asconde,
    pues es la paga de él muerte y olvido". ¿Acaso no es una tremenda reflexión? Sin embargo, difiero. Me acojona no ser recordado, quiero sobrevivir en memorias. Y algo grande tengo que hacer para ello. Puro egoísmo. Ambiciones pueriles. Lo sé.

    Difiero con lo de que la poesía y el rock no sirven para nada. Al menos, plasmo en desahogo lo que en actos sería violencia, lágrimas o desapego. ¿No se antoja suficiente? Avivar sesos, despertar sentimientos y sentidos. Creo que es bastante.

    En fin, lord Igor, que me ha encantado la entrada. Bona nuit. Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Hola Chus,
    sin que la muerte al ojo estorbo sea, decir también que con el "Buscón" me partí la caja de risa. También que en aglunos poemas se pasaba de alardes, sí.

    ResponderEliminar
  6. Hola Agustín,
    Menudo entusiasmo que se contagia como un reguero de pólvora.
    Esto que dices de "plasmo en desahogo lo que en actos sería violencia, lágrimas o desapego. ¿No se antoja suficiente", pues no lo había pensado, y hay verdad en ello. Será que mi desapego crece, quizás como el de Aldana.
    Y pensar que él, precisamente ÉL, tuvo una vida llena de éxitos (poéticos, militares...), y en cambio, escribió esto, que creo representa el sentimiento de muchos de nosotros, que estamos en Ese Bosque de la Larga Espera. Eterna.

    Ahh. Buena teoría la de la moza extremeña. Da para mucho juego, je, je.

    Un abrazo. Parece que en Extremadura soplan nuevos aires y los antiguos poetas se levantan de sus tumbas, reencarnados.

    ResponderEliminar
  7. Exacto. Has dado en el clavo con lo de que tuvo una vida llena de éxitos porque, a mi parecer, no depende tanto de los factores externos sino la interpretación que el poeta quiera darles a dichos factores.

    Por cierto, amigo, échale un vistazo a mi penúltima entrada, Into the wild, y ve la película que es increíble la historia.

    ResponderEliminar
  8. Me lo miro.
    Sí, cómo lo sintió, cómo lo vivió. "Ser" en parte es eso. Puedes ser millonario y depresivo, al fin y al cabo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. Mucho se aprende del pasado, ese pasado que todo el mundo se empeña en olvidar para vivir el presente. Sin pasado no hay presente.

    "El arte es plagiador o revolucionario" dice Gauguin, y esta frase sirve para todas las disciplinas artísticas. Es difícil innovar.

    "Vanidad de vanidades, que todo es vanidad..."

    Saludos, Lluís

    ResponderEliminar
  10. Enorme, inmenso. Conozco este soneto. Algo sé del autor. Interesantísimo. Gracias por traerlo de nuevo a esta nada que recorremos.
    Gracias, gracias.
    Y sí, la poesía y el rock no ¿sirven para nada? Mi vida sin ellos sería, sin duda, mucho peor.

    ResponderEliminar
  11. Trágico visionario Aldana:
    "La paga del mundo es muerte y olvido."

    Qué gran cita de Gauguin, ¡madre! Estas cosas me ponen de buen humor. Y qué por cierto, yo me dedico al plagio y al saqueo, como buen escritorzuelo que soy.
    Dissortat, mucha razón llevas y olvidé hablar del vergonzoso comportamiento. Al final, el físico no pesa tanto.
    ¡AVE!

    ResponderEliminar
  12. Hola Luisa,
    Cierto. Con la literatura quizás pase algo parecido, pero ayuda a entender el mundo, tanto como escuchar a la gente del barrio.
    Un abrazo y gracias por pasarte.

    ResponderEliminar