Una novela diferente que me descubrió mi mujer. Una historia trágica, muy bella y bastante extraña, con fragmentos hasta aburridos y otros inusualmente intensos. De ritmo narrativo propio de un dragón de Komodo que ha desayunado en abundancia, la trama me hipnotizó. Es un bocado distinto, aviso, así que si alguien quiere lanzarse con el Pan del escritor noruego Knut Hamsun (1859-1952) debe saber donde se mete.
Recientemente reeditada en España
en papel y en formato de libro electrónico, la novela Pan se escribió en 1884 y junto a Hambre son los dos libros más conocidos de este famoso escritor
escandinavo del que no sabía nada antes de ayer. Knut Hamsun, tras recibir todo el
reconocimiento y honores, incluido el Nobel de 1920, pasó a engrosar las filas
del club de los escritores infames,
un club con miembros como Ezra Pound o Louis Ferdinand Céline, por exaltar el
nazismo y apoyar el régimen colaboracionista noruego. Que seductor puede ser el
mal.
Escrita en primera persona,
simulando ser una especie de diario personal, el modo de escribir de Mr. Knut
Hamsun no tiene nada de moderno. Incluso, como he señalado, resulta demasiado
cíclico (bosque-pájaros-luz-que-feliz-soy-aquí) y redundante, pero cuando crees
que no sucede nada, ocurre. Hasta el algún momento exclamé: ¡deja ya de hablar
de hojas y cuéntame qué pasa con la chica!
Pan es un monólogo interior que quiere profundizar en unos pocos
personajes, consiguiéndolo plenamente. Lo dicho, vas pasando páginas y páginas.
Apenas hay movimientos en la trama, además de la loca exaltación de pájaros,
árboles, mares y luces norteñas. Entonces llega el navajazo, zas-zas, en muy
pocas páginas. Hay cuatro o cinco hechos que marca a hierro candente estas
letras nevadas de Hamsun.
El libro es una historia de amor
tremebunda que tiene como uno de sus protagonistas la naturaleza deslumbrante,
la costa y los bosques noruegos. Hay más descripciones —bellas, minuciosas y
circulares— de la naturaleza salvaje que relación entre los protagonistas. El
principal, el teniente Glahn, es una especie de ermitaño enloquecido que adora
el bosque y la caza (“Pan” es el dios del bosque) que se
enamora hasta los tuétanos de la joven hija del terrateniente local. Glahn es
contradictorio, solitario, animal, mal ensamblado en los engranajes de la
sociedad. Un prototipo que me recordó al posterior Lobo Estepario (1927 Der
Steppenwolf) de
Hermann Hesse reubicado en espacios abiertos y que comparten una absoluta
extrañeza por sus congéneres y una incapacidad para relacionarse. No sólo este
personaje es interesante. De la enamorada, Edvarda, del médico, de Eva, todavía
no sé que pensar. Eso me gusta, no llegas a ninguna conclusión, y menos moral.
Sencillamente, la historia trascurre ante ti.
El final del libro. O bien se trata de un
arriesgadísimo ejercicio literario que a mí me entusiasmó, con algo del
espíritu del Vizconde diemedado de Calvino o no entendí nada de nada de
este Documento de 1861, que bien pudiera ser. En cualquier caso, si estás
harto de platos clásicos y de la dichosa cocina internacional, el libro Pan
ofrece otras latitudes gastrolectoras.
«He escrito esto para pasar el rato y me he divertido cuanto
he podido. No me aflige pena alguna, sólo añoro otro lugar, no sé cuál, pero
algún lugar lejano, África tal vez, o la India, porque pertenezco a los bosques
y a la soledad.» Y con esta cita de Hamsun os dejo y me voy a fregar los
platos.
Gracias por tu resaña, no sé creo haberlo visto por mi biblioteca, si lo leí fue hace mucho y no recuerdo la huella que me dejó.. pero últimamente oigo mucho de este escritor,..
ResponderEliminarNo dejes de iluminarnos con tus críticas..
un saludo
La verdad, el libro de Knut Hamsun me lo pasó mi mujer, y si no recuerdo mal, ella lo conoció por una reseña en prensa. En fin. Las reediciones tiene ese lado positivo, que te descubren buenos escritores olvidados. Saludos y gracias por el comentario.
ResponderEliminarNo he leído nada de Hamsun, vi en su día la película protagonizada por Max Von Sydow, acerca de la vida de este escritor maldito, dirigida por Jan Troell, no está mal.
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