By François Boucher |
Hace unos 50.000
años unos tipos en Anatolia, otros hablan de la sierra de Zargos, supieron
almacenar semillas del delicioso trigo salvaje. Así nació la agricultura.
Luego, con la cultura de las granjas, surgió un nuevo fenómeno, algo jamás
visto antes; se crearon excedentes. Sobraba comida. En lugar de repartirse se
guardó para unos pocos. Nacía la estratificación social.
Surgieron ciudades.
Nombres como Ugarit, Larak, Eridu, Nipur Ur, hasta Micenas. Todas ellas transmitiendo
la cultura de la granja y el indoeurpeo, acaso los primeros fueran los hititas en
escribirlo. Una lengua, la indoeuropea, de la que bebe el latín, el griego, las
lenguas nórdicas y germánicas. También el sánscrito. O eso dicen.