19 mar 2015

Farón, del polaco Kawalerowicz

La película Farón, del director polaco Jerzy Kawalerowicz  y estrenada en 1966, me fascina. Es de las pocas películas que retratan la Antigüedad de un modo verosímil, posible. La veo y me traslado, de gratis, 3.700 años atrás. Los Faraones de Hollywood huelen siempre a juguetería y cartón.


faron película polaca
Tiene el film además su propio tempo, por tanto, personalidad. Y cuenta una historia. No sé si añadir que cada plano y cada secuencia son arte. El eje de la película Farón es la pugna entre dos poderes, el político y el religioso del Egipto del II Periodo Intermedio (1800 a.C. - 1550 a.C.) Kawalerowicz retrata a los sacerdotes como conspiradores y ambiciosos, capaces de manipular a un pueblo ignorante, ingenuo y supersticioso. Hoy, todo esto simplemente tiene otros nombres.
Algunas escenas de batallas de Farón inspiraron escenas de batallas de la saga Antigua Vamurta. La película es tan recomendable como una taza de caldo hirviendo en una helada noche de invierno, que se bate en retirada a 19 de marzo de 2015. Aleluya.



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6 comentarios:

  1. Pues no conocía esta película, pero he visto el trailer y no tiene mala pinta,. Eso y su comentario me han animado a tratar de verla.
    Un saludo.

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  2. Es un pedazo de película este Faraón, y ni me sonaba remotamente, hasta que un día, mando en mano, apareció en la pantalla. Pura chiripa la mía. La vi, con los ojos muy abiertos.
    Saludos.

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  3. Si ahora me propusieran visitar un país, contestaría Egipto. La probabilidad de que esto ocurra es ínfima y una película como la por ti nombrada sería un consuelo. No la conozco. Y que me pillen delante del televisor es también remota probabilidad. Mas no perdamos la esperanza.
    Un abrazo.

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  4. Muy recomendable, la he visto hace poco y tienes razón en que la lucha de poderes se puede trasladar perfectamente a nuestros días.

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  5. Una producción llamativamente ambiciosa, desde luego. Qué les darían a los cineastas polacos de esta época, ¿espinacas?

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  6. Ja, ja. Espinacas y cafeína creativa. Es curioso, porque en teoría el cine polaco no es un cine potente, y en cambio este Faraón es una bestia.
    Saludos.

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